La magistrada del Juzgado de Menores de Ceuta ha condenado a un año de internamiento en centro cerrado y a otro de libertad vigilada al menor que fue ingresado en Punta Blanca tras su arresto en el marco de la Operación Murciélago, llevada a cabo por la Policía Nacional para esclarecer la agresión sufrida por el adolescente Omar M.T. en la playa de Fuente Caballo con la Ribera, el pasado verano.
Se le condena por un delito de homicidio en grado de tentativa, concurriendo la circunstancia agravante de abuso de superioridad, tal y como se recoge en la sentencia a cuyo contenido íntegro ha tenido acceso El Faro de Ceuta. Se le absuelve del delito de robo con violencia del que venía siendo inicialmente acusado y respecto de la responsabilidad civil, deberá indemnizar al perjudicado por las lesiones sufridas y el daño moral en cantidad que será determinada en ejecución de sentencia. La vista, en la que la Defensa del acusado solicitó la libre absolución, se celebró el pasado 12 de enero y la sentencia dictada no es firme por lo que cabe la presentación de recurso.
La magistrada ha considerado probado que en la madrugada del 25 de julio, el ahora condenado -N.M.O., de 15 años y que lleva desde el verano pasado interno en el reformatorio de Punta Blanca- se encontraba con un grupo indeterminado de personas y que mantuvo una discusión con la víctima. Hubo golpes, patadas y, con ánimo de acabar con la vida de Omar, uno de los integrantes de ese grupo le apuñaló en el estómago sin haberse clarificado quién de todos ellos fue. El menor es considerado criminalmente responsable de delito de homicidio en grado de tentativa en concepto de autor por la intervención “material y voluntaria” en los hechos, existiendo lo que se denominada dolo compartido al haber sido una agresión cometida en grupo.
La víctima dijo estar convencido de que querían acabar con su vida
En sentencia se ha valorado el testimonio de la víctima, en el que concurren “todos y cada uno de los requisitos que permiten considerar probados los hechos”. No se acreditó, por ejemplo, la existencia de un móvil espurio que pudiera venir a restar verosimilitud a su versión, sino que la víctima expuso de forma clara lo sufrido aquella madrugada y además mantuvo un relato persistente, ofreciendo la misma versión que previamente había hecho en instancia judicial durante la Instrucción así como ante la Policía.
Lo hizo “sin incurrir en contradicciones, afirmando con total seguridad en varias ocasiones (sin titubeos ni vacilaciones respecto a dicho extremo tras reconocer que no podía identificar al autor material de la agresión con arma blanca en el abdomen ni a quién le tiró la piedra cuando se hallaba tirado en el suelo), que el acusado, al tiempo de la causación de las lesiones, participó de forma activa en la agresión de la que fue víctima, propinándole diversas patadas y puñetazos, tanto antes como después de caer al suelo, desde donde lo pudo ver agrediéndolo con total claridad aun cuando no pudiera concretar la específica participación del mismo”.
Los partes forenses correspondientes al examen practicado a la víctima verifican que las lesiones sufridas eran compatibles con el tipo de agresión narrada.
La madre del menor condenado ha advertido a este periódico, conocedora ya del fallo judicial, que va a recurrir ya que seguirá luchando “por su absolución total”. Asegura que su hijo “es inocente”, citando expresamente que cinco personas que acudieron a declarar como testigos en la vista oral celebrada “coinciden en que mi hijo no se mete en la pelea”.
No lo ve así la magistrada. Esas cinco personas apuntaron que el condenado no había tenido intervención en la causación de las lesiones, pero incurrieron en “ambigüedades, vacilaciones y significativas contradicciones” tanto entre sí como respecto a anteriores declaraciones ofrecidas en Instrucción, por lo que “tienden a restar total credibilidad a la versión exculpatoria” ofrecida, se concreta en sentencia.
Expone la magistrada que “si bien tanto el propio acusado como los distintos testigos mencionados afirmaron que este se mantuvo apartado y que no llegó a acercarse a Omar en ningún momento durante la agresión, difieren sin embargo sobre donde se encontraba el acusado durante el acaecimiento de los hechos, lo que, según se ha expuesto, tiende a restar total credibilidad a lo sostenido por todos ellos”. Uno de los testigos, apunta su señoría, llegó a manifestar que el acusado ni se encontraba en el lugar de los hechos, contrario a lo reconocido incluso por este.
Los partes de lesiones verifican que fueron causadas con un arma blanca, usada por alguno de los integrantes del grupo para clavársela a la víctima, aunque no pudiera precisarse quien en concreto tuvo el papel ejecutor.
Tras la agresión, los participantes escaparon del lugar a pesar de que pudieron haber causado un mal mucho mayor de alcanzar órganos vitales. A esa lesión causada con arma blanca se le añadiría el hecho de que le golpearon con una piedra. La magistrada entiende que concurre la existencia de un homicidio en grado de tentativa al haber un ánimo de matar en el tipo de agresión consumada y la manera de llevarse a cabo.
En el plenario, la propia víctima llegó a manifestar estar convencido de que los agresores querían acabar con su vida.
Se recoge además en sentencia que el condenado fue perfectamente conocedor de que durante la agresión alguien del grupo llevaba un cuchillo y una botella de cristal, dándose por tanto una complicidad compartida. En la aplicación de la pena se ha considerado la agravante de abuso de superioridad al quedar acreditado “que el acusado y sus acompañantes se aprovecharon, durante el ataque, de la mayor facilidad que les proporcionaba el importante desequilibrio de fuerzas a su favor frente a la víctima derivada tanto de su superioridad instrumental, al portar un arma blanca, como del hecho de actuar en grupo, pues eran nueve o diez contra uno. Circunstancia conocida y aprovechada por todos los agresores que se reúnen y conciertan para atentar contra la integridad física de la víctima, aprovechándose así de la casi imposible resistencia que el perjudicado podía ofrecerles, existiendo pues una desproporción de fuerzas entre los agresores y su víctima, superioridad que debilitaba o minoraba notablemente las posibilidades de defensa del indicado perjudicado”.
Tu voz: lo único que está claro es que casi matan a un chaval !!! En EEUU estarían todos inculpados por homicidio al haber testigos pero sin saber cual fue el ejecutor material de la puñalada. Y tendrían una pena dura, no lo de aquí , así nos va.Dime que defiendes y te diré quien eres……. No me extraña tu comentario…. Primero es la vida y después lo que sea.
UN AÑO? VERGONZOSO
Muchas perlitas hay por los institutos que se dedican solo a molestar, con actitudes chulescas, solo están para alborotar el clima de las clases y del instituto.
No todos, evidentemente, son ni se convertirán en delincuentes. Pero está claro que les espera un futuro muy negro.
Una desidia entre las familias y una sobreprotección sobre ellos solo puede conducir a un desastre.
No se puede culpar a las familias y dejarlo ahí. Son muchos los padres que se sienten y están indefensos, la ley ha quitado autoridad a los progenitores, los maestros y cuerpos de seguridad del Estado. Nadie se atreve a recriminar a un menor porque sabemos mejor que nadie que la ley les ampara, es buenista para con ellos y a la primera de cambio aparece un juez que echa al padre o madre de la casa por un tiempo y con eso lo arregla todo. Los maestros ni se atreven a castigar sin recreo y la policía prefiere mirar para otro lado porque se juegan el uniforme. Mientras que no cambie la ley y sea severa y amenazante con los menores (ciertos menores agresivos y rebeldes de cualquier nacionalidad, raza o religión) no hay nada que hacer, ésta sociedad está herida de muerte.
Que vergüenza....menuda condena...
Valiente condenita, en USA estaría condenado a no menos de 8 años . Repartidos entre un centro de menores y cárcel de adultos.
Barato sale, por ser menor, “intentar” matar a personas. Cómo siga la Ley del menor tan leve, serán los menores los sicarios de los delitos de los mayores. ¿Por cierto, qué pena se les ha impuesto a los demás que participaron en el intento de asesinato?
Vergonzoso. Estamos creando monstruos con la injusta ley del menor. Con 15años sabe perfectamente lo que hace, llevaba ya un año en Punta Blanca y por algo sería. ¿Alguien cree que por estar un año más en ese centro más uno de libertad vigilada va a rehabilitarse? Antes de cumplir los 18 estará libre si es que no hace otra que, al paso que va, acabe en homicidio o asesinato. Ya le hemos dejado que puede hacer lo que quiera sin apenas consecuencias.
Quiero saber si los doctores honores causa que comentan saben a detalle lo sucedido o se dedican a comentar a la ligera? No tienen que meterse en fango...hay que saber lo que pasó. Ni los malos son tan malos ni los buenos son tan buenos.