El papa Benedicto XVI ha nombrado obispo de Cádiz y Ceuta a Rafael Zornoza Boy, hasta ahora obispo titular de Mentesa y auxiliar de Getafe (Madrid), informó ayer la sala de prensa del Vaticano. Previamente, el Papa había aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Cádiz y de Ceuta presentada por Antonio Ceballos Atienza, en conformidad con el canon 401/1 del Código de Derecho Canónico. Ceballos Atienza ha velado por los designios de la diócesis gaditana-ceutí desde el año 1994.
El propio Ceballos confirmó ayer la llegada de su sustituto después de que desde hace meses anunciara su marcha de la capital gaditana. Monseñor Ceballos Atienza se emocionó ante los medios de comunicación cuando les confirmó su salida en las próximas semanas a la diócesis de Jaén, donde “junto a las Hermanitas de los Pobres, atenderé a los que más lo necesiten”.
Ceballos, que ha sido altavoz de las desigualdades sociales en una diócesis especialmente castigada por la crisis económica y la inmigración, deja paso a un prelado de especial dedicación a los jóvenes y a la evangelización.
Su ahora sustituto, Rafael Zornoza Boy, nació en Madrid el 31 de julio de 1949. Estudió en el Seminario de Madrid-Alcalá y obtuvo la Licenciatura de Teología Bíblica en la Universidad Pontificia de Comillas (Madrid), refiere el Vaticano. Fue ordenado sacerdote el 19 de marzo de 1975 por la diócesis de Madrid-Alcalá, y pasó después a la de Getafe cuando fue erigida en 1991.
En Madrid fue sucesivamente vicario parroquial (1975-1983), vicario regente (1983-1985), párroco de San Jorge (1985-1991) y arcipreste de San Agustín (1986-1991). En Getafe fue secretario del primer obispo (1991-2004) y rector del Seminario, desde su fundación en 1991 hasta 2009. El 13 de diciembre de 2005 fue elegido obispo titular de Mentesa (Jaén) y nombrado auxiliar de Getafe.
El obispo electo de la diócesis de Cádiz y Ceuta se ha dirigido ya a sus nuevos diocesanos, y se ha puesto a su disposición, “especialmente a los que sufren por cualquier circunstancia, a los enfermos y ancianos, a cuantos pasan necesidad material o espiritual, a los muchos emigrantes en su precariedad, a cuantos que de un modo u otro estáis padeciendo la crudeza de la actual situación económica. A todos os ofrezco desde ahora mi cercanía y consuelo”.
Rafael Zornoza ha asegurado que llega a una diócesis “cargada de fe viva, de santos, de mártires y de obispos ejemplares, signos elocuentes del Buen Pastor, lo que me obliga aún más a pedir con humildad la gracia de estar a su altura y seguir su ejemplo”.