La empresa Urbaser no entra para limpiar el acerado arguyendo que sus vehículos no pueden acceder por la doble fila acumulada Forman un corrillo a pie de calle, no disimulan el disgusto en voz baja sino todo lo contrario, ponen el grito rozando las barbas del cielo. Porque, según María Dolores Orduña, que no está en el corrillo improvisado, aunque la experiencia le hace imaginárselo a la perfección, “son ya muchos los meses en que nuestras quejas, fundamentadas todas, no son resueltas, aunque sí escuchadas”, matiza.
Pero la respuesta que, desde Urbaser, la empresa encargada de la limpieza de la ciudad, se da es siempre la misma: el tamaño de los vehículos de limpieza no caben por la calle debido al mal estacionamiento de los vehículos de la zona, algo que la propia presidenta admite aunque no “jusitifica la actuación de la empresa, ya que dispone de otras vías para limpiar unas aceras que llevan un año sin tocarse”.
Más indignado se encuentra Federico, vecino de la calle, quien no sólo señala a la empresa, “que no cumple su obligación” sino que extiende sus ira hacia “el Ayuntamiento que no exige que haya soluciones, no hace valer los acuerdos y permite que en pleno centro haya un estercolero”.
Federico se refiere a la vista “asquerosa” que descubre cada vez que abre la ventana de su casa, “nada menos que un basurero al que denominan ‘Huerto de Ramos’”, lo que le produce “indignación y desencanto” con su ciudad.
Asimismo, el vecino considera que “ lo que no es normal es que nosotros, los contribuyentes, paguemos impuestos y no recibamos atención ni consideración, y además veamos cómo hay cosas que funcionan muy bien, como el sistema de multas”.
La misma opinión mantiene, María, una mujer que nació “prácticamente en esta calle” y que, según mantiene, “no había visto en tan mal estado ésta calle nunca”. Lo dice mientras mira cómo, las bolsas de basura se apilan en el contenedor, los coches se amontonan en la acera y los papeles vuelan de un lado hacia otro sin que nadie ponga el remedio.
Pero la respuesta que, desde Urbaser, la empresa encargada de la limpieza de la ciudad, se da es siempre la misma: el tamaño de los vehículos de limpieza no caben por la calle debido al mal estacionamiento de los vehículos de la zona, algo que la propia presidenta admite aunque no “jusitifica la actuación de la empresa, ya que dispone de otras vías para limpiar unas aceras que llevan un año sin tocarse”.
Más indignado se encuentra Federico, vecino de la calle, quien no sólo señala a la empresa, “que no cumple su obligación” sino que extiende sus ira hacia “el Ayuntamiento que no exige que haya soluciones, no hace valer los acuerdos y permite que en pleno centro haya un estercolero”.
Federico se refiere a la vista “asquerosa” que descubre cada vez que abre la ventana de su casa, “nada menos que un basurero al que denominan ‘Huerto de Ramos’”, lo que le produce “indignación y desencanto” con su ciudad.
Asimismo, el vecino considera que “ lo que no es normal es que nosotros, los contribuyentes, paguemos impuestos y no recibamos atención ni consideración, y además veamos cómo hay cosas que funcionan muy bien, como el sistema de multas”.
La misma opinión mantiene, María, una mujer que nació “prácticamente en esta calle” y que, según mantiene, “no había visto en tan mal estado ésta calle nunca”. Lo dice mientras mira cómo, las bolsas de basura se apilan en el contenedor, los coches se amontonan en la acera y los papeles vuelan de un lado hacia otro sin que nadie ponga el remedio.