Mañana emotiva en la familia de la UNED, responsables, docentes, alumnos inmersos en una jornada de agradecimientos, diplomas, aplausos, de buenos augurios y de despedidas. La misma escena, en distintos escenarios. Por orden cronológico, la primera clausura tuvo lugar en el Centro Penitenciario de Los Rosales, se trataba de bajar el telón del curso ‘Derechos culturales e inclusión social’, seminario que dio comienzo el pasado miércoles.
Entre los asistentes se encontraba Juan Hernández, Director del Centro, quien tuvo palabras de elogio hacia los asistentes y especialmente hacia las mujeres “porque históricamente han estado en un panorama oculto, apartadas de la sociedad de manera injusta”. Al terminar de pronunciar estas palabras, las mujres, que eran mayoría, se disponían a aplaudir pero fueron abortadas por una nueva declaración de intenciones de Hernández: “Prometo que seguiremos luchando por los derechos de las mujeres porque, sencillamente, son las que dan el puntito de calidad a la vida”. Ahora sí la concurrencia femenina -también lo hizo la masculina- prorrumpió en aplausos.
A continuación, tomó la palabra Máximo José Rodríguez, Subdirector de Tratamiento del Centro Penitenciario, que animó a los asistentes “a perseverar el esfuerzo del aprendizaje”. En la misma línea se mostró Fernando Jover, Director de la UNED, que, recién bajado del helicóptero -había amanecido en Madrid-, agradeció a los alumnos “por querer formarse a través de la UNED” al tiempo de felicitar “a todos el buen curso completado”. Asimismo, hubo espacio para que Jover pusiera la nota de humor al disculparse, entre risas, por no haber tenido tiempo de “ponerse una chaqueta como os merecéis”.
Del humor apunto estuvo de pasarse a otra emoción, la del llanto. Pero, finalmente, la profesora de la UNED Elena Fernández Corrochano contuvo las lágrimas y acertó a entonar un discurso sincero: “cada verano vengo a Ceuta no sólo para enseñar sino también para aprender, por ello doy las gracias a los alumnos, aunque algunos sean un tanto revoltosos”.
Sin más demora, se procedió a la entrega de diplomas , uno a uno los alumnos fueron levántadose de sus asientos, recibiendo aplausos al mismo tiempo que el reconocimiento por escrito. De todos los asistentes, veintiocho alumnos de los cuales veinte eran internos y ocho no residentes en el centro, hubo uno que protagonizó la anécdota al exigir que le hicieran otro diploma pues el suyo contenía una errata, concretamente en el nombre.
Eran las 13:45 de la tarde y, de Los Rosales, se desplazaron los docentes al edifico de la UNED, sito en la avenida de África, donde esperaban otros alumnos, los pertenecientes al curso ‘Los recursos tecnológicos como elemento de integración en la escuela’, igualente ilusionados y satisfechos del trabajo desarrollado a lo largo de la última semana.