Todo listo para el verano. Eso es lo que se puede decir del dispositivo de Cruz Roja, que pasó´con éxito la ‘prueba’ de ayer. En ella, sus voluntarios tuvieron que hacer frente, durante hora y media, a tres supuestos de rescate habituales en el litoral ceutí.
Participaron en torno a 15 voluntarios, entre socorristas y personal sanitario,que desde las 12 del mediodía hasta casi la una y media probaron sus capacidades.
El simulacro fue seguido con interés por varios representantes del gobierno local y de Delegación del Gobierno: Rabea Mohamed, consejera de Asuntos Sociales; y los directores generales de Protección Civil de la Ciudad y de Delegación en Ceuta, Ángel Gómez y Fernando Blasco, entre otros.
“Los voluntarios de Cruz Roja no preparan específicamente este simulacro, sino que se fijan los supuestos, el día y la hora, y se hace. Ellos están ya en febrero en la playa preparándose”, según explicó Germinal Castillo, responsable de comunicación de Cruz Roja Ceuta.
El simulacro empezó pocos minutos pasados del mediodía, cuando dos voluntarios subieron a una lancha. Era la preparación para el primer supuesto. Un pescador en el primer espigón del Chorrillo, que resbalaba entre las piedras y caía.
Entonces, desde el punto de los socorristas, salían corriendo dos personas, rápido, para dar una primera atención. Por radio avisaban de la complicación de la situación, y de que presentaba una posible fractura en la pierna. Es entonces el momento de la intervención de la lancha de Cruz Roja que, sorteando la red antimedusas, se situaba en el espigón. Cuando los que estaban en tierra ya habían inmovilizado a la víctima, ésta era transportada en la embarcación hasta la playa. Allí el herido, tras ser evaluado por el médico, fue trasladado simuladamente al Hospital Universitario. Misión cumplida en pocos minutos.
Y tocaba subir el nivel de dificultad. Esta vez, una herida más seria, la causada por un inconsciente con moto acuática que pasaba por encima de un bañista. Corriendo, los voluntarios de Cruz Roja, lanzados hacia el agua, nadaban hasta llegar al herido, que por suerte se situaba cerca de la playa. Dada la gravedad del golpe, decidían inmovilizarle en el agua, para después llevarlo con cuidado hasta el puesto de primeros auxilios del Chorrillo. Allí, tras controlarle las constantes vitales, era trasladado inmediatamente al hospital de la Cruz Roja.
Por último, llegaba el rescate más difícil del simulacro. Era en el que un bañista se adentraba demasiado en el mar y se ahogaba. Tras él iba su padre al rescate, pero no llegaba y creaba el problema de un segundo rescatado. Entonces, el personal de Cruz Roja se lanzaba al agua, a sacar lo antes posible al ahogado a tierra firme. Este supuesto incluía una tarea complicada para un médico, en la intervención se usaban botellas de oxígeno. Finalmente, cuando restablecían la respiración a la víctima, la trasladaban al centros sanitario.