Se han conocido los datos de desempleo registrado en el Servicio Público de Empleo Estatal del mes de octubre de 2021. También los datos de afiliación a la Seguridad Social. La calificación del principal sindicato del País, Comisiones Obreras es de que se ha llegado a un “máximo histórico de afiliación y descenso del paro”. Los datos que expondremos más adelante, así lo confirman. De esta forma, nos situamos definitivamente en niveles previos a la pandemia del COVID 19.
La población en paro se ha situado en 3.257.068 personas al cierre de octubre, con un descenso interanual de 568.975 personas (-14,9%), y un descenso respecto al mes anterior de 734 personas, lo cual es excepcional pues es la primera vez que ocurre en un mes de octubre desde el año 1975. Lo anterior supone que, tal y como preveíamos en nuestros modelos estadísticos, nos situamos al mismo nivel de principios del año 2020. Por sectores, el descenso interanual más importante se da en la agricultura (-16.95%), seguido de la construcción (-14.56%) y el sector servicios (-14.37%).
En lo referente al total de afiliados a la Seguridad Social, las cifras son también muy buenas, pues en términos mensuales, la población afiliada a la Seguridad Social registró en octubre de 2021 una media mensual de 19.690.590 personas, su nivel más alto de la serie histórica y 261 mil personas más que el dato de octubre de 2019 previo a la pandemia. Por tanto, la población afiliada ha aumentado en 159.478 personas, el crecimiento mensual más alto de un mes de octubre de la serie histórica, aunque todavía hay 198 mil personas en ERTE, que están incluidas en esas cifras de afiliación. Lo anterior supone que en el último año y medio se han logrado recuperar 1,2 millones de personas afiliadas al mismo tiempo que se han sostenido otros 3,6 millones de empleos mediante los ERTE, de los que el 95% ya se han reincorporado a su puesto de trabajo.
Lo anterior ha sido posible gracias a una serie de medidas extraordinarias adoptadas por el Gobierno de coalición progresista de España, acordadas con los agentes sociales desde el inicio de la pandemia. En concreto, según fuentes del Ministerio de Hacienda, el impacto estimado de las principales medidas aprobadas por el Gobierno durante la pandemia ha sido superior a 125.104 M€ (de los cuales, 3.945 se destinaron a medidas sanitarias, 116.235 a medidas económicas, 4.299 a medidas laborales y 625 a medidas sociales). La mayoría de estas medidas tuvieron un fuerte componente social y estuvieron destinadas a frenar el perjuicio a los sectores más vulnerables y desfavorecidos.
Veamos qué ocurría al inicio de la crisis financiera ocasionada por el estallido de la burbuja inmobiliaria. Si nos situamos en octubre de 2007, el total de desempleados en nuestro país eran 2.048.577 personas, es decir, 1,2 millones menos que lo que tenemos en la actualidad, que se corresponde con lo que ocurría poco antes de la pandemia, como hemos dicho. A partir de ahí, el paro comenzó una carrera al alza imparable, hasta marzo de 2012, que se situó en 4.750.867 personas. A partir de ahí, comenzó a bajar, pero lo hizo mediante contratos precarios y provocando un acusado descenso de las rentas de los trabajadores. En definitiva, se trataba de un modelo de inestabilidad laboral y de un ajuste del mercado de trabajo centrado en los despidos y en el abuso de la contratación temporal.
En un análisis de la evolución de los índices de desigualdad que hicimos, usando para ello los datos del panel de rentas del IRPF que publica el Instituto de Estudios Fiscales, y los índices de Gini, se llegó a la conclusion de que la desigualdad en España, medida con esta variable, disminuye hasta 2003. A partir de ahí se incrementa de forma muy acelerada, comenzando de nuevo a disminuir a partir de 2007. En 2012 se produce de nuevo un incremento de esta desigualdad. Por Comunidades, las que superaron la media de desigualdad nacional en casi toda la senda temporal fueron Madrid, Cataluña, Valencia y Baleares.
Es decir, la salida de la crisis financiera anterior, de orientación claramente neoliberal, trajo mayor desigualdad a nuestro país. En el presente caso, la salida de la crisis sanitaria y económica actual, de orientación mucho más social y de estilo keynesiano, ha llevado al país a una recuperación económica en tiempo récord, evitando que millones de personas hayan caído en la más pura situación de precariedad y miseria.
Estableciendo un paralelismo entre ambas crisis económicas, ninguna fue deseada ni estuvo prevista. Sin embargo, el destino nos llevó a que los responsables de resolver ambas situaciones tuviesen visiones diferentes respecto a las soluciones. Quizás sería interesante realizar alguna simulación en el sentido de analizar qué hubiera ocurrido si las soluciones dadas en la actual pandemia se hubieran aplicado en la salida de la crisis financiera. Y también al contrario. Es difícil imaginar el resultado. Que cada uno saque sus conclusiones. Y que esto lo traslade al ámbito político y a las próximas citas electorales. Los resultados dirán mucho de cómo podría evolucionar nuestra situación económica, social y medioambiental en los próximos años.