Miles de ceutíes estuvieron ayer presentes en la romería de San Antonio, cumpliendo una tradición que gracias a la hermandad que ahora preside Carlos Orozco ha logrado resurgir de sus cenizas.
Ni el calor puede con esta tradicional romería que atrae a numerosos ‘caballas’ ansiosos de pasar un rato agradable en un lugar emblemático de la ciudad como es la ermita de San Antonio.
Si las bateas transportadas por el Parque Móvil desde la Gran Vía se quedaron sin espacio para muchos ceutíes, se llenaron mucho antes de iniciar su camino hacia el Hacho, lo mismo se puede decir del lugar acondicionado para que se oficializase la misa en h onor de San Antonio. Se puede decir que tanto en las bateas como en los alrededores de la ermita se puso el cartel de no hay billetes.
Cientos de ceutíes no quisieron faltar a la cita, incluido las autoridades locales ente los que estaba el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, miembros de la próxima ejecutiva, el comandante general de Ceuta y José Antonio Carracao como representante de la Delegación del Gobierno.
Desde primera hora de la mañana el aire festivo se respiraba en el centro de la ciudad. La Gran Vía aglutinaba a cientos de ceutíes que deseaban iniciar el camino hacia la Ermita de San Antonio. Acompañados por la banda de la Ciudad, iniciaban el camino y sobre las doce menos cuarto llegan a los alrededores de la ermita. Estos ya se encontraban llenos de ceutíes que no se querían perder la misa en honor del Santo y poder presenciar posteriormente la salida en procesión del mismo.
Otro de los momentos importantes de la romería fue el reparto de los tradicionales panecillos, tras la procesión. Más de 4.000 se han entregado en esta ocasión y como es habitual, no sobró ninguno.
Luego llegaría el momento de la comida, los más preparados no esperan a la paella y llevan en sus mochilas bocadillos y bebidas, mientras que otros prefieren guardar las interminables colas para comer la tradicional paella que prepara la viceconsejería de festejos. Al son de la música de la Orquesta Bohemia comenzaba la verbena. Buen ambiente y ganas de pasarlo bien de los asistentes, que pese al calor reinante no quisieron perderse esta tradicional fiesta en honor de San Antonio.
El año que viene seguro que el éxito vuelve a estar asegurado.
La Casa de Ceuta en Cádiz también celebró la festividad de San Antonio con una gran paella
La Casa de Ceuta en Cádiz cumplió con la tradición de celebrar el día de San Antonio en el campo, no en romería, puesto que por estos lares no existe esa costumbre y lo hicieron el pasado domingo 12 de junio día de la víspera.
Estuvo presente toda la jornada un gran cuadro pintado del santo, este monje y sacerdote portugués, muy venerado en su ermita del monte Hacho.
Los ceutíes en tierras gaditanas se fueron al campo y prepararon una gran paella, siendo su artífice en esta ocasión José Antonio Blanes que se da bastante arte en estas labores culinarias. Con todos los “habíos” preparados que trajo desde Dos Hermanas, se puso manos a la obra para dejar un buen sabor de boca (nunca mejor dicho) a todos los asistentes que estuvimos en un número reducido. Anteriormente a modo de entremeses, se degustaron diversos productos elaborados procedentes del cerdo, en su más amplia variedad.
Se bebió, se comió, se bailó por sevillanas y por tanguillos y se pagó “a escote” en un buen ambiente que duró hasta ya bien entrada la tarde.
noche.
Una vez recogido todos los enseres se dislocó la reunión, esperando que el próximo año, seamos algunos más los que quieran festejar al Santo de Padua siguiendo la costumbre y ancestral tradición, de nuestra querida ciudad de Ceuta.
Protagonistas de San Antonio
Begoña y sus hijas Alba y Lucía
Begoña Domínguez acudió a la Gran Vía vestidas de rocieras con sus dos hijas Alba -ocho años- y Lucía -con cinco-. Las dos niñas también iban vestida de rocieras. No tenían sitios en las bateas, aunque finalmente se pudieron subir a los vehículos del Parque Móvil. “Es el segundo año que nos vestimos de rocieras y acudimos a la ermita de San Antonio. Intento inculcarle a las niñas las tradiciones de la Ciudad. Seguro que nos vamos a divertir”.
Juan Vivas y el transporte público
El presidente de la Ciudad no pudo trasladarse hasta San Antonio en uno de los vehículos del Parque Móvil. Las bateas que transportaba a los ceutíes habían puesto el cartel de no hay billetes. El recién elegido presidente de la Ciudad decidió dirigirse hasta la Ermita del Hacho en el autobús que puso la ciudad gratis para todos los ciudadanos. Guardó cola como cualquier hijo de vecino y sobre las doce menos cuarto llegaba a la ermita.
Begoña y sus hijas Alba y Lucía
Begoña Domínguez acudió a la Gran Vía vestidas de rocieras con sus dos hijas Alba -ocho años- y Lucía -con cinco-. Las dos niñas también iban vestida de rocieras. No tenían sitios en las bateas, aunque finalmente se pudieron subir a los vehículos del Parque Móvil. “Es el segundo año que nos vestimos de rocieras y acudimos a la ermita de San Antonio. Intento inculcarle a las niñas las tradiciones de la Ciudad. Seguro que nos vamos a divertir”.
Repartiendo los panecillos
Los panecillos de San Antonio se han convertido en parte importante de la romería. Durante estos días hemos podido saber que de 200 panecillos que se regalaban hace unos años, la Panificadora El Molino ha pasado a repartir unos cuatro mil. Ayer antes de la misa y la procesión del Santo, los hermanos de la cofradía ya estaban preparados para empezar a repartir los panecillos. Unos dicen que se lo comen y otros guardan la tradición de tenerlos en casa hasta el próximo año.