La consejería de Medio Ambiente sigue haciendo caso omiso a las peticiones de ubicar en la ciudad un local acondicionado para atender a los animales que llegan heridos a la costa ceutí. Ni siquiera existe protocolo de actuación y en lo que va de año seis delfines y cuatro tortugas han tenido que ser salvadas por personas altruistas que han dado un ultimátum a la consejería. De nada sirve. La última tortuga boba permanecía ayer abandonada esperando solución.