Aquellos domingos de fútbol que nos recordó la entrevista a Pepito Almagro eran muy distintos. Familias enteras no perdonaban subir al Alfonso Murube para disfrutar una tarde inolvidable. Eran otros tiempos, donde no había videos, redes sociales, ni plataformas para ver películas a la carta. Otros tiempos, ni mejores ni peores, pero distintos.
Lo que sí fue -como dijo Pepito- la época de esplendor del fútbol en Ceuta, donde salieron muy buenos futbolistas. Además del Ceuta también militó en tercera división el O’Donnell con su inolvidable presidente, Ballona. Muy buenos futbolistas en una ciudad donde se vivía el fútbol, no solo en el Alfonso Murube, también en el antiguo 54 para ver a los equipos locales de regional.
Pepito Almagro era el lanzador del Ceuta y los porteros lo conocían bien. Los aficionados disfrutaban cuando se disponía a lanzar una falta, porque le pegaba al balón con una fuerza envidiable. Pepito es uno de los muchos deportistas ceutíes que no han sido reconocidos como se merece por quedarse a vivir en su tierra. Aquí, en esta tierra, somos más solidarios con los que triunfaron y se marcharon de la ciudad, pero eso ya no nos sorprende a ninguno.
Pero el fútbol ha cambiado y hemos pasado de aquellos empresarios que apostaban por el fútbol de su tierra por afición o coger popularidad entre los vecinos a un fútbol donde sus dirigentes tienen como único fin ganar dinero y, por tanto, son empresarios que miran más la rentabilidad que la identidad o promocionar a la ciudad que representan. Ese es el fútbol del que hablaba la guía de apuestas Kelbet en su informe independiente que habla de millones de euros para Ceuta.
“Es bonito tener ilusión y esperanza en que las cosas cambien en la ciudad para que vuelva a ser lo que fue hace décadas con el turismo de compras, pero de ilusión no se crean puestos”
El informe relata que la ciudad atraería 51,9 millones de euros si tuviera un equipo en Primera División, cosa que desde mi total ignorancia no puedo contradecir, pero ante tal cantidad de dinero me surgen un sinfín de dudas. ¿Cuánto cuesta subir un equipo a Primera división y quien se atreve a poner el dinero? Todo ello, en una ciudad donde muy pocos seguidores suben al estadio y en la que los fines de semana se marcha a la península un número muy considerable de residentes.
Es bonito tener ilusión y esperanza en que las cosas cambien en la ciudad para que vuelva a ser lo que fue hace décadas con el turismo de compras, pero de ilusión no se crean puestos de trabajo, ni se pagan hipotecas, ni puedas mandar a tu hijo a la universidad. Eso es así, por muchos informes que nos presente gente preparada y con unos conocimientos a los que no llego ni por asomo. Sin embargo, los que tenemos muchos años, sabemos que aquí se vivió del turismo de compras, de los soldados de reemplazo, del turismo marroquí y la economía de subsistencia entre Ceuta y Marruecos. Pero todo eso se acabó y tenemos que reinventarnos o, simplemente, volver al pasado, porque volver al pasado sí es posible.
Es posible, porque es viable instalar en nuestra ciudad un centro de reclutamiento, una academia de Policía o de la Guardia Civil; es viable dar a nuestra ciudad un trato especial para promover el turismo de compras y del vecino país. Seguro que nadie se hará millonario, pero se creará riqueza y empleo para los ceutíes que no tienen la suerte de tener un empleo público.