Cuando Marvel Studios estrena serie, automáticamente adquiere el cartel de una de las series del año por motivos más que conocidos, pero el caso del proyecto que se le ha dedicado en solitario a Loki, uno de los personajes más carismáticos del sello, a pesar de ser un villano y muy por encima de la mayoría de los super poderosos más conocidos, supone uno de los mayores eventos de la marca, a nadie se le escapa.
El Dios del Engaño salta al formato de serie retomando justo en el momento en el que desaparece en una de sus famosas escapadas en la apocalíptica Avengers: Endgame (2019). Así las cosas, se trata del gancho perfecto para que los fans, legión de la que formo parte, pueda saber cual fue el destino del popular personaje interpretado por el actorazo británico, aquí también productor, Tom Hiddleston.
En un panorama en el que siempre hay que estar con la guardia alta, puesto que estando Loki de por medio, todo siempre puede ser mentira, se nos plantea una paradoja temporal en la que se ve envuelto con unos desconocidos guardianes del tiempo de por medio, encargados de deshacer anomalías (como él mismo) y de proteger las líneas temporales.
Entre las caras conocidas tenemos a un Owen Wilson que le da una réplica muy divertida con aire a lo “Men in Black” a Loki y que capítulo a capítulo se irá haciendo más importante para el devenir de los acontecimientos, que van de menos a más, en un primer capítulo algo desconcertante en una trama que irá subiendo como la espuma si el respetable le otorga un mínimo de confianza.
Advierto que la cosa tiene su miga y va a haber sorpresas y contrasorpresas a lo largo de los capítulos, no podía ser de otro modo tratándose de quien se trata, y de la serie que probablemente se puede convertir en una de las banderas de entretenimiento marvelómano de Disney+ (plataforma que, obviamente, la ofrece en exclusiva) para los próximos años.
Y siempre que aparece este personaje en escena con sus complejidades, interpretado por este actor con su riqueza de matices, es inevitable que el interés por sus interioridades, aristas, por conocerle en mayor profundidad a fin de cuentas, se convierta en punto de interés, y una serie es el formato perfecto para conseguirlo. Y aquello que no se le escapa al espectador tampoco lo hace a Disney. Dicho y hecho. Disfrutemos del poderoso resultado y de las poderosas interpretaciones, entre ellas la de un Hiddleston que va más mucho más allá como actor que este papel, pero que a la vez ha nacido para realizarlo.