Los rastrojos han vuelto a arder este viernes de madrugada en dos zonas donde son habituales estas quemas: la primera en el terreno entre la antigua cárcel de Los Rosales y la parte trasera del Mercadona de la Almadraba; y el segundo, en la calle Adoratrices, junto al colegio Santa María Micaela.
Ambas alertas han movilizado los recursos del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento de Ceuta (SEIS) que, como en cada servicio, han cumplido el objetivo de la llamada de auxilio pero, como siempre, persisten las mismas incógnitas sobre estos incendios nocturnos: quién o qué está detrás de la chispa que los origina; sirven para desviar la atención de los servicios de emergencia y por qué las autoridades no son capaces de atajar esta cadena de fuegos que parece no tener fin. El vandalismo callejero es una de las hipótesis
Bomberos movilizó una dotación compuesta por cinco bomberos y dos vehículos al tener constancia de un incendio de rastrojo que quemaba todo a su paso entre la antigua prisión de Ceuta y un muro detrás de Mercadona. Los efectivos desplegados comenzaron su intervención a las 00:20 horas y finalizaron sobre la 1:00 tras descargar alrededor de 1.000 litros de agua.
El resto de la noche, los bomberos han permanecido activados, pero no han sido hasta la mañana de este viernes cuando han realizado otra salida destacable. De nuevo, los primeros datos hablaban de una quema de rastrojos en una zona que, por este tipo de incidentes, también resulta familiar para este Cuerpo municipal: la calle Adoratrices.
El SEIS ha enviado a cinco bomberos y dos vehículos que se han afanado en doblegar las llamas entre las 6:30 y las 7:00 horas. Unos 500 litros de agua han bastado para dar el fuego por extinguido antes de regresar a su base en el Polifuncional de Puertas del Campo.
Con los incendios de Ceuta pasa lo mismo que con el 11 M, jamás conseguiremos saber quienes son o fueron los autores.