La situación que se está produciendo durante las últimas semanas en la frontera en líneas generales se ha cobrado su primera víctima. Se trata de una joven de 22 años, con gran relación familiar con nuestra ciudad y que se dedicaba desde hace unos meses al porteo. Ese descontrol que se está viviendo en el Tarajal, tanto en el I como en el II, tanto en la parte española como en la marroquí, provocó esa avalancha que terminó con Soad por los suelos y casi aplastada por decenas de personas que le pasaron por encima. Por supuesto, nadie tiene la culpa, pero bueno sería que todos, de un lado y otro de la frontera reflexionen, que se intente poner orden y si para ello es necesario reestructurar, que se reestructure. Hay mandos de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad que están asustados porque cualquier día pueda ocurrir una desgracia en el interior de los polígonos. Ellos saben que es una ‘bomba de relojería’ y que cualquier día por la más pequeña circunstancia puede saltar la chispa. Si hasta ahora no ha sucedido una desgracia es porque Dios no ha querido, porque el ‘Tarajal II’ es un verdadero descontrol. Es una llamada de atención, no es ser agoreros, pero también cuando hace varios años ocurrió la desgracia de las dos porteadores en la ‘escalera de la muerte’ se venía denunciando la situación y nadie hizo caso. Soad ha pagado con su vida ese descontrol. Repetimos, nadie tiene la culpa, pero que esta muerte sirva por lo menos para reflexionar.