El historiador contemporáneo Ignacio Szmolka ha presentado este viernes ‘La edificación ideológica e institucional del franquismo en el norte de África. Un análisis comparado a partir de los casos Ceuta, Tetuán y Tánger’, un estudio que publica el Instituto de Estudios Ceutíes.
“La cuestión del franquismo en África ha sido escasamente tratada; aquí en Ceuta no”, ha referido Szmolka al comienzo del acto, antes de citar a varios investigadores afincados en la ciudad. El historiador ha señalado que el régimen fue “muy heterodoxo” y para entenderlo hay que “entender” el valor simbólico de la imagen y la palabra.
Así, ha mencionado las particularidades que se dieron esta región, como la supresión de las cruces en los comedores de auxilio social, cuando fueron esenciales en la Península o discursos que se distribuyeron por toda España, pero no en ciudades como Tetuán.
“En el norte de África no hubo una resistencia militar fuerte; va a contrastar con la composición social y con la magnitud de la represión, una represión con un alto componente social”, ha indicado. Ceuta, Tetuán y Tánger tuvieron en común la presencia de la Alta Comisaría de España en Marruecos.
Szmolka ha mencionado la importancia de la figura del dictador: “Se podía prescindir incluso de la cruz, pero del liderazgo de Franco, no”. Además, se le asoció cierto aire providencial y se vio “revestido” de la baraka y hasta se le relacionó . “Esta cultura de la victoria se va a ver muy vinculada con la cultura de guerra”, ha citado el historiador, que luego ha explicado que se caracterizaba por la “brutalización de la política” y la deshumanización del enemigo.
Con la investigación Szmolka se propuso arrojar un poco de luz sobre el proceso de construcción del régimen con la especificidad de estos tres enclaves norteafricanos: Ceuta, la capital del Protectorado español en Marruecos y la ciudad internacional de Tánger.
En el libro se incluyen fotografías de la época, provenientes de distintos archivos y o de este medio de comunicación. En el acto también ha estado presente el director del Instituto de Estudios Ceutíes, José Antonio Alarcón, que se ha encargado de introducir al autor.