Cuando Joao de Deus fue destituido, no llegó a coincidir con Andoni Goikoetxea en el ‘Alfonso Murube’. El portugués se despidió de los que eran sus jugadores y se marchó. Ayer no fue así.
‘Goiko’, ahora en la figura del entrenador cesado, no se marchó del feudo caballa, se fumó un par de cigarros con el utillero, Vilches, y observó tranquilamente el primer entreno de Moreno. “No hay prisa”, avisó a los periodistas que allí esperaban para poder hablar con él.
La salida de los jugadores al césped estuvo precedida de una despedida, uno a uno, del entrenador vasco, que abrazó sin dudarlo a todos, dejando de lado las rencillas, inevitables, que siempre existen entre la figura del entrenador y el futbolista, que nunca disfruta de los minutos suficientes sobre el terreno de juego.
El nuevo técnico trataba de pasar desapercibido, y las veces que se cruzaron Goikoetxea y Moreno no hubo cruce de palabras ni de miradas. Cada uno a lo suyo.
El directivo y adjunto a la secretaria, Enrique Jiménez, fue el encargado de avisar tanto a Goikoetxea como a su segundo, Carretero (ayer ‘guardaespaldas’ mudo de su compañero y amigo). “A las diez y media de la noche (del martes) nos llamó”, explicaba. “Nos dijo que nos pasáramos por ‘El Pueblo’, en donde nos esperaba el presidente. La reunión duró un minuto. Nos dijo que estábamos cesados y le dije que se pusiera en contacto con mi agente, Pedro Bravo. Y nada más”.
“Estas cosas no sientan bien”, reconoció, “decir otra cosa es una tontería”, pero quiso ver el vaso medio lleno, “siempre hay que sacar los aspectos positivos”.
“Estoy contento de haber estado en una ciudad bonita”, señalaba, “ha sido muy acogedora y me siento muy a gusto”.
En lo deportivo, insitió, “hemos empatado muchos partidos en casa, y hemos sufrido algunas decisiones arbitrales que nos han quitado algún punto, pero esto es fútbol”, puntualizó.
Quiso dar las gracias a sus jugadores, “ellos han sido mi patrimonio”, insistió, y ante las posibles dudas de la afición sobre si los futbolistas rinden como debieran, no lo duda, “sé que lo han dado todo en cada partido”.
También se ha visto respaldado en todo momento por la plantilla, ya que “creo que mayoritariamente han estado con el entrenador, y es algo que me alegra, y mucho, lo he notado con los abrazos, abrazos de verdad”.
A pesar de lo complicado del calendario, con cuatro partidos por delante y a seis del play-off, también muestra su confianza en la plantilla, y recalcaba que “tienen posibilidades, aunque sé que es difícil”.
En cuanto a las críticas de la afición, también le quitó hierro, ya que “es soberana, y es normal que esté disgustada si los resultados no acompañan, pero le agradezco el apoyo”.
“Me voy con la ilusión de haber estado a gusto, de haberme sentido como en casa, y sólo tengo que dar muchas gracias a esta ciudad, que no conocía y es maravillosa. Todo lo demás no procede, hay que quedarse con lo positivo, yo por mi parte seguiré con el fútbol”, finalizó como despedida.
Raoul Loe se une al grupo de ‘tocados’ en la enfermería
Raoul Loe se ha unido al grupo de lesionados en la plantilla blanca. A pesar de que comenzó entrenando junto a sus compañeros, sintió unas molestias en la rodilla y se entrenó al margen, en carrera continua, junto a Aridane, Baigorri y Seguro.
El centrocampista, que en los últimos partidos se ha convertido en un fijo para ‘Goiko’ (veremos qué pasa ahora con Moreno), es duda para el partido contra el Betis B, aunque aún queda.