Seguramente que el lector le resultara un tanto extraño el nombre de esta Operación Gento, pero el Estado Mayor de Ifni bautizó con este nombre recordando al celebre futbolista internacional por su rapidez. De ahí el nombre de esta operación, que se tenía que desarrollar con rapidez, tal como jugaba este célebre futbolista. Hubo otras de las operaciones que tuvo su nombre Operación Netol, recordando también al producto de limpieza y otra de las operaciones con el nombre de Siroco, que es el viento propio del Sáhara.
Misión para liberar dos puestos
Tras la finalización de la Operación Netol para liberar los puestos sitiados por las Bandas Rebeldes del Ejército de Liberación Marroquí, se ponía en marcha la Operación Gento con el fin de alcanzar Tiugsa por el oeste y liberar el mencionado puesto para progresar rápidamente sobre el Tzenin. Así sucedió en las primeras horas del 4 de diciembre de 1957 cuando la II Bandera Paracaidista recibe la orden para realizar dicha misión.
Aquellos jóvenes paracaidistas del Ejército de Tierra saben perfectamente que toda misión conlleva sacrificio y el precio que hay que pagar es muy caro y esta unidad de élite hace honor a su lema: “queremos ser empleados en los de mayor riesgo y fatiga”. Y así lo refrendaron en las distintas misiones con los 38 muertos en acción de guerra en Ifni que se fueron junto a Dios en el cielo, para ser recordados como lo expresó un celebre dramaturgo: “la recompensa de los grandes hombres es que, mucho tiempo después de su muerte, no se tiene la entera seguridad de que hayan muerto”, Jules Renard, escritor.
según consta en el Diario de Operaciones de dichas Fuerzas Paracaidistas, el 5 de diciembre de 1957 se inicia la marcha de la Agrupación Crespo, nombre del entonces teniente coronel-jefe de las Banderas Paracaidistas, Ignacio Crespo del Castillo (fallecido de General), compuesta por una compañía del Batallón de Infantería Soria 9, el II Tabor de Tiradores de Ifni.
Al llegar a las inmediaciones de Alat ida Ususgun, la 6ª Compañía y la 10ª, quedan atrapados en el centro de la emboscada. De inmediato las ametralladoras y morteros de la 10ª Compañía abren fuego sobre donde se encuentra el enemigo, aunque ello no puede evitar que caigan muertos el teniente Antonio Polanco Mejorada, el cabo Francisco Mena Díaz y los caballeros legionarios paracaidistas Valera Penides y Rovira Serrano.
Además resultaron heridos los tenientes Máximo de Miguel Page y José Manuel Sáenz Sagaseta de Ilurdoz, el sargento Andrés Fernández Romero, el cabo 1º José Guerra, los cabos Agustín García Pérez, Hans Grunwald y los paracaidistas José Valle Blanco, Manuel Fernández Alberola, Gerónimo Heredia Herranz, José Manuel Vega Roche, Vidal Vidagrant, Domingo Nieto y Antonio Romero, que pagaron un alto precio de sangre haciendo honor al lema de los paracaidistas: “¡sobre nosotros, Dios. Con nosotros, la victoria. En nosotros, el honor. Triunfar o morir. Caídos paracaidistas, con nosotros!”.
Heroico comportamiento y más bajas
Como consecuencia de la gravedad de la situación, planteada sobre todo por las bajas sufridas y tambien por el número importante de enemigos, es cuando el mando decide que la I Bandera Paracaidista se incorpore lo más rápido posible a la Agrupación Crespo.
Las órdenes del Estado Mayor eran que la I Bandera Paracaidista, junto con un Tabor de Tiradores de Ifni, liberasen Tiugsa. A su vez, la II Bandera Paracaidista tenía que liberar el Tzenin de Amelu. A continuación sucede lo que prácticamente lo que se esperaba. Según avanzan, se encuentran con una fuerte resistencia del enemigo, especialmente en la posición conocida como Cabeza de Ratón.
En dicha operación de ataque resultan heridos el entonces teniente Manuel Oco Tarras y los paracaidistas Domínguez Naranjo y Soler Agulló de la 10ª Compañía. Una vez que se consiguió liberar el puesto de Tiugsa se inicia el repliegue con la fuerte presión del enemigo. Como consecuencia de ello resultan heridos el teniente Francisco López Pérez y el paracaidista Agustín García Pérez.
El 7 de diciembre de 1957 la II Bandera Paracaidista se dirige hacia el Tzenin y consigue que el enemigo desista el ataque sobre el puesto. Ya en horas de la noche, la 8ª Compañía entra en el fuerte y libera a los sitiados; en total 86 hombres, aunque el precio fue muy caro, ya que resultaron muertos el paracaidista Arjona Hidalgo y heridos el teniente Jose Frías O'Valle y los paracaidistas Fernández Navarro y Andrés Jiménez.
Además de la liberación de los componentes militares que se encontraban en dicho puesto, también se liberaron 12 mujeres y 14 niños. Cabe destacar que en la defensa de dicho puesto tuvieron un papel más que heroico las mujeres, que se multiplicaban para atender a los defensores.
Según el entonces teniente Jose Frías O'Valle en su libro ‘Así nació la Brigada Paracaidista’, relata con todo lujo de detalles como fue la liberación de dichos puestos: “cuando al fin se inicia el movimiento de la 8ª compañía al mando del capitán Román Páez y con las secciones de los tenientes García Calvo y Colldefors cerrando la retaguardia, lo hacía desasida de fuegos de apoyo, pero conducía con serenidad y firmeza, tomando el camino hacia el collado formado por la Cota 706 Mehasaim”.
Recuerda el entonces teniente Jose frías O'Valle unos hechos que van más allá del heroísmo: “de entre los muchos casos inolvidables se pueden citar los del paracaidista Diego Zambrano, quien herido en un brazo durante la retirada del Tzenin se rebela entre los que intentan evacuarlo y encorajinado se lanza solo haciendo fuego hasta perderse entre el enemigo y Manuel Albacete y Jiménez Morales, que pierden su vida al intentar recoger el cuerpo de su amigo”.