Agentes marroquíes se hicieron con un dron y la carga de hachís que portaba después de un intento frustrado de introducir ese mercancía en Ceuta. El elevador se precipitó cayendo en el lado fronterizo marroquí cuando tenía marcado su destino a nuestra ciudad, Ceuta, soportando unos 6 o 7 kilos de carga, concretamente de hachís. Tanto la droga como el aparato fueron intervenidos por las fuerzas marroquíes, siendo un dron de grandes dimensiones capaz de soportar ese peso, según fuentes consultadas por El Faro de Ceuta.
El caso no es para nada aislado, los intentos de tráfico de drogas sorteando la frontera que separa nuestra ciudad de Marruecos por el aire son constantes. La presión es evidente para la Guardia Civil y también para Marruecos, porque se trata de una fórmula delictiva que ha venido ‘para quedarse’. A pesar de la operación coordinada entre Guardia Civil y Policía Nacional, que desbarató una red dedicada al uso de drones para introducir en Ceuta hachís y, a su vez, pasar cocaína o pastillas a Marruecos, los intentos de comisión delictiva no solo continúan sino que van en aumento.
En este caso, el dron se precipitó al suelo con la mercancía que portaba en territorio marroquí; en otros, los aparatos han sido hallados en Ceuta o no, al haber resultado con éxito el traslado de la sustancia estupefaciente.
A uno y otro lado de la frontera se coordinan los emisores y receptores de estos trayectos que siguen alimentando, así, el negocio del narcotráfico que ni la clausura del Tarajal ha podido frenar. Al paso de hachís en drones se suma el incremento de casos de farderos, aquellos pasadores que ejercen de motores humanos para mover los bultos con hachís por vía marítima, bien atados a sus cuerpos con una cuerda o bien empujados mientras nadan.
Lo que tenían que hacer esos cuerpos de seguridad es meter en la cárcel a los políticos que ya no es que nos estén robando, es que nos están matando, y dejar que la gente fume lo que le de la gana, que ningún yonqui de porros va por ahí atracando para pagar su dosis.