Hablo del entorno de la sociedad de la información y de la Teoría de la Espiral de Silencio de la politóloga alemana Noelle Neumann (1977), para quien la opinión pública es un elemento clave del control social.
A través de la influencia que ejercen determinados poderes, y círculos de la intelectualidad, en los medios de comunicación de masas, se implanta en la sociedad un discurso dominante.
A raíz de esto, y llevados por cierto espíritu gregario, que corresponde a la condición humana, los individuos con un sistema de pensamiento diferenciado se perciben como minoría, y por miedo al rechazo, renuncian a contravenir el estado de opinión, entrando en una “espiral de silencio”. El resultado es que el control sobre el estado de las cosas de mantiene y se afianza.
Solo la ofensiva y persistencia de individuos bien dotados intelectualmente podrá vencer esta resistencia, y “colarse” en la opinión generalizada, invirtiendo el proceso (cabe decir que este proceso se ha desatado con la irrupción de la inmediatez de las nuevas tecnologías y de las redes sociales).
Hemos visto lo que propone Noelle, y ahora vamos a buscar un paralelismo con la percepción que tiene la sociedad en relación a la salud mental, y como entiende sus significados.
A falta de un discurso veraz, basado en la ciencia empírica y en las vivencias de las personas con problemas de salud mental, pervive en la opinión pública un código semántico que nos asigna una serie de atributos, por lo general negativos. Es estigma se reproduce en el silencio.
Se trataría, por tanto, de introducir en el estado de opinión un mensaje liberador, crítico, una serie de elementos de juicio para ganarnos el favor de la gente, y para que el cuerpo social aprendiera a valorar nuestros sueños de inclusión.
Para este fin, es fundamental la complicidad de los medios de comunicación. Hay que armar un argumento que sitúe a la salud mental en el plano de la positividad, como eje central de la práctica individual y colectiva, ya que es un universo que nos iguala en dignidad.
Hay que multiplicar, asimismo, la idea de conservación, y si es que se produce una descompensación, la recuperación es más que posible.
Una vez la sociedad abra los ojos hacia una nueva perspectiva, la comprensión ejercerá su efecto terapéutico. La extensión del conocimiento es el paso previo a un escenario de justicia.
Sirvan estas palabras para reivindicar el consejo de la cultura clásica, aquella que nos enseñó a pensar. También, para denunciar el acomodo de los pensamientos sin contenido más allá de la forma superficial.
Sin el concurso de la cultura clásica la opinión pública es una pompa de jabón, a merced de los aires, aunque esto es ya teoría mía.
Y un recuerdo para el catedrático de Teoría de la Información, Gonzalo Abril, quien fue el único enseñante que hizo que asistiera a clase con asiduidad.
Tiene razón el autor cuando se refiere al silencio. "El que calla, otorga" y hemos de expresar nuestras opiniones al respecto en primera persona.