Los madrileños están divididos en estos momentos por la próxima peatonalización de la Gran Vía y otras zonas de la ciudad. Un sitio que también sufrirá cambios importantes será la Plaza de España y calles adyacentes, ya que ganó el concurso de ideas, un proyecto que modificará completamente la estructura actual que preside Don Quijote de la Mancha. Si el edificio llamado Plaza de España, recientemente vendido por un inversor chino termina aportando nuevas ideas, el conjunto podría quedar magnífico.
Y el otro rascacielos de la zona, la Torre de Madrid de 142 metros de altura y 34 plantas, fue convertido en viviendas, con lo que se encuentra en estos momentos utilizado plenamente. Tan es así que en las nueve primeros pisos del inmueble se ha montado un establecimiento de la cadena Barceló llamado precisamente Hotel Torre de Madrid. Con cuatro estrellas superior y decorado según las últimas tendencias por Jaime Hayón, significa una aportación más al equipamiento de un área tan fundamental.
El viajero intransigente decidió visitar las instalaciones inauguradas hace poco y almorzar en su restaurante. Tras registrarse en el punto de control instalado en una espaciosa planta baja presidida por un enorme oso pintado a rayas, accedió con sus acompañantes al segundo piso, donde se encuentra tanto la recepción como el restaurante. Personal amable y grandes accesos, hasta encontrar el citado restaurante SOMOS, una sala dividida en apartados de tres o cuatro mesas cada uno, donde unos atractivos biombos con imaginativos espejos, separan a los comensales, lo que siempre es de agradecer.
Uno de los temas que no tienen a veces en cuenta los restauradores es la insonorización de los comedores, por lo que cualquier comensal que hable alto o un niño que los padres no controlen, pude arruinar un almuerzo o cena. En demasiadas ocasiones los empresarios de hostelería gastan su dinero en decoración, mobiliario, mantelería, vajilla, cubiertos y descuidan la mencionada insonorización. Y este fallo termina a veces descartando un restaurante como punto de encuentro para disfrutar de una carta imaginativa y de calidad.
El viajero intransigente y sus invitados disfrutaron a medio día de platos bien elaborados y con agradable presentación, servidos por personal que había sido formado debidamente. El éxito de esa primera vez le llevó a organizar días después una cena en el mismo sitio y se encontró con pocos comensales en el comedor y una carta diferente, porque el restaurante tiene a gala cambiar de menú en almuerzo y cena. Y esto deslució el encuentro porque la variedad era menor y el encanto de la anterior experiencia había disminuido, quizás porque hay pocos clientes de noche. No obstante lo agradable del lugar y el eficaz servicio, salvaron esta segunda experiencia.
Este hotel Torre de Madrid tiene un importante ventaja a su favor al disponer en el mismo edificio de unas 200 viviendas de alta calidad que, con una estrategia adecuada, podría aportar una clientela fiel y próxima. Dichos vecinos de las alturas no solo bajarían al restaurante con sus invitados, sino que el mismo Servicio de Habitaciones podría enviar pedidos que serían servidos con solo subir unos pisos más en el ascensor. Tarjetas de fidelización y utilizar las relaciones públicas, convertiría al Hotel Torre de Madrid en un lugar de referencia para los cientos de personas que viven unos pisos más arriba.
Los pequeños fallos detectados por el viajero intransigente son omitidos en este trabajo para dar oportunidad al mencionado hotel a corregirlos con la experiencia que se logra con el tiempo y uno de ellos puede estar en la piscina y solárium que se utilizarán en su momento. Si este hotel de Barceló sigue el camino del establecimiento de Sancti Petri, del hotel La Bobadilla cercano a Loja o del Asia garden, en los que el viajero intransigente ya estuvo con anterioridad, el éxito podría ser completo.
Mientras tanto, en un sábado con largas colas para salir de Madrid, nuestro protagonista partió hacia Salamanca para conocer un nuevo concepto de hotel donde, según los datos, se mezclan hábilmente ambiente rural, agradables experiencias vinícolas o gastronómicas y una granja de especiales características. Veremos.