Este viernes por la tarde, a partir de las 19:30 horas, en el Teatro Auditorio del Revellín se podrá disfrutar de la obra ‘La edad de la ira’, en colaboración con la Casa de la Juventud de Ceuta, y dirigida por el director teatral, Jorge López, conocido por su escuela de artes escénicas ArtFactory.
La función, tando del sábado como la de hoy, tiene un carácter benéfico. Una entrada gratuita a cambio de un kilo de comida no perecedera para el Banco de Alimentos. Jorge López, ha hablado para El Faro de Ceuta antes de su estreno sobre las tablas del Revellín.
-¿Cómo le entró el gusanillo y empezó a interesarse en el mundo del teatro?
–Pues por casualidad. Mi padre era un gran cinéfilo aunque tampoco pretendía despertar en mí inquietudes artísticas. Pero, inevitablemente, lo hacía. Los padres ejercen indirectamente mucha influencia en los niños. Aunque el teatro no entraba dentro de sus preferencias, un día me propuso ir a ver una función: ‘Seis personajes en busca de autor’ de Pirandello. Cuando acabó, mis padres entendieron perfectamente que ahí había ocurrido algo. Era pequeño, quizás demasiado para ver una obra como esta. Pero desde ese momento supe, y ellos también -los padres son muy listos-, que de alguna manera u otra, lo que acababa de ver formaría parte de mi vida.
–¿Qué nos puede contar de su vida profesional?
-Empecé a escribir teatro con once o doce años. Buscaba la manera de poder hacer lo que había visto y llegué a la Casa de la Juventud, donde estaba el grupo de teatro municipal y, sorpresa, estaban montando ‘Seis personajes en busca de autor’. El tiempo que estuve allí me permitió publicar mi primera obra de teatro infantil y con dieciséis llegué a la Escuela de William Layton, aunque por edad fue demasiado para mí. He estudiado en muchas escuelas, con muchos directores, nunca me ha gustado quedarme en un mismo centro, en una misma escuela, creo que acomodarse es contraproducente para esta profesión.
Actualmente dirijo junto con mi socia Cristina Molina un proyecto que nos tiene absorbidos casi las veinte cuatro horas, ArtFactory. Una escuela de inglés y disciplinas artísticas, un proyecto que se ha convertido en nuestro motor de vida. Lo compagino con clases en los centros escolares, a través de la Fundación Yehudi Menuhim, que permite utilizar el teatro como herramienta educativa, no tiene nada que ver con montar producciones teatrales, es quizás mas complicado y a la vez satisfactorio.
-¿Qué valoración hace de los años que lleva subido a las ‘tablas’?
-Bueno, mi vida profesional se ha movido entre el teatro y los negocios. De alguna manera he tenido la suerte de trabajar y seguir formándome e incluso compaginar ambos. Y he tenido la enorme suerte de poder desarrollar mi vida laboral en la ciudad. Como te decía, ahora con Artfactory, de alguna manera y también por casualidad, se unen todas mis vocaciones. Por eso siempre digo que soy tremendamente afortunado por poder hacer lo que hago.
-Como director teatral, ¿cuál es la parte que necesita más trabajo y cuál es más sencilla?
-No hay nada sencillo en el proceso creativo. Todo lo contrario. Todo son dificultades, responsabilidades, tienes que trabajar la empatía muchísimo, saber escuchar y sobre todo estar rodeado de gente que sume, que te enseñe, de la que puedas aprender.
-De la obra que se va a encontrar el público ceutí hoy, ¿qué nos puede contar? y ¿qué le podría decir al respetable para animar a visitar la obra?
- ‘La edad de la ira’ fue una novela finalista del premio Nadal que el propio autor adaptó al teatro, con lo cual la versión teatral tiene toda la fuerza de la novela pero incluso yo diría que conecta mucho más con los adolescentes. Trata temas de absoluta actualidad, pero que nadie espere que vamos a dar lecciones, ni consejos. ‘La edad de la ira’ retrata con bastante crudeza la homofobia, el acoso escolar, la violencia de género, la búsqueda de identidad. Cuando se es adolescente ocurren muchísimas cosas en tu cabeza, en tu cuerpo, es una etapa de descubrimientos, de rechazo y de aceptación. Este retrato que hace el autor de todos estos temas, utilizando como pretexto un asesinato, me parece más que interesante para acudir al teatro.
-¿Cómo es trabajar con jóvenes para meterlos en el personaje?, ¿a qué edad es la más complicada convencerlos para ensayar?
-A los niños, a los adolescentes e incluso a los adultos, que son los tres niveles que trabajamos en la escuela, no se les puede convencer para ensayar. En este caso, a los adolescentes, mucho menos. No se trata de ‘te doy un texto, te lo aprendes y ya está’. El teatro es un deporte, es entrenamiento, dedicación, responsabilidad, trabajo en equipo, escuchar y volver a entrenar tanto física como mentalmente. Así lo entiendo yo. Si un adolescente acude a mis clases, trabaja en un montaje y continúa, es porque le gusta, porque hay algo que se está moviendo por dentro. Hay que ser honestos y tener un gran interés por aprender. El teatro es una disciplina complicada, lo abarca prácticamente todo. Y trabajar con adolescentes es muy gratificante. Vivimos en la inmediatez de las redes sociales, pero cuando un grupo de adolescentes se permiten trabajar dos horas olvidándolo todo... no hay mejor recompensa, creo.
-El coronavirus ha cambiado nuestro día a día, ¿qué es lo que más ha afectado en el mundo teatral? ¿Es más complicado, por ejemplo, tener que ensayar con mascarillas y no ver la expresión de la cara?
-Hoy viernes se verán las caras por primera vez. Será un momento muy emocionante para todos, estoy seguro. Se dice que la cultura es segura, nosotros hemos trabajado dentro de toda la seguridad que conocemos, manejando la información que tenemos a través de las entidades sanitarias. Se realizarán las pruebas y vivimos, actuamos al día... sin más pretensiones que vivir el día a día. Más o menos lo que hacemos todos, dentro o fuera del teatro. Que hay presión añadida, por supuesto. Pero quién no se siente ahora presionado en su trabajo.
-Usted que es ceutí, ¿cómo ve que se esté tratando el tema de la cultura en nuestra ciudad?
-Solo tengo palabras de agradecimiento para la Casa de La Juventud, que sin el empujón que nos ha dado quizás no tendríamos una cita hoy en el Auditorio del Revellín. Para los técnicos, para los responsables del Área de Cultura... Es un viaje complicado y cualquier apoyo es siempre un alivio. Al margen de esto, creo que se podría mejorar muchas cosas, podía tomar otro rumbo culturalmente hablando. Pero hay que poner en valor algo que creo es importante. La Casa de la Juventud y la Ciudad Autónoma regalan dos días de teatro, esto no ocurre en cualquier otro lugar. Te lo garantizo.
-¿Tiene más proyectos a corto plazo que se puedan contar?
-Continuar con el trabajo en Artfactory, hay mucho que hacer y que retomar, tanto en el área de inglés, del que estamos muy orgullosos con los resultados, como en su vertiente artística. Ahora es momento para agradecer a todas las personas que confiaron, hace seis años, en nuestro proyecto y que continúan con nosotros, física o virtualmente. Y para mí, eso es lo mejor que te pueda pasar en estos tiempos tan duros para todos.