El proyecto de reforma del espigón del Tarajal se quedó en una mera aspiración del Ministerio de Interior, movido por la tragedia del 6F, que le llevó a anunciar una obra completa que blindaría esa entrada en el mar. No fue así. La imagen del espigón que captó en su teléfono móvil el exministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, sigue siendo la misma que hoy, siete años después, se aprecia.
Las únicas actuaciones llevadas a cabo se basan en ‘parcheos’, que pasan por cambios de la malla deteriorada y reforma de todo aquello que está podrido. Actuaciones que, por ejemplo, se llevan a cabo en la actualidad pero que están bien lejos de la mayor protección que se iba a dar en esta zona y que pasaba incluso por la prolongación del espigón entre 30 y 45 metros más para evitar incursiones por vía marítima que, además, suelen ser las más peligrosas.
Ejemplo de la política de Interior en materia de fronteras
Tarajal, al igual que Benzú, son ejemplos claros de cuál ha sido la política de Interior en materia de fronteras, hasta el punto de que ambas infraestructuras tienen la base completamente afectada por los temporales y deteriorada. En el caso del Tarajal se anunció incluso la construcción de un dique metálico sobre pilotes o la instalación de un pantalán. Por aquel entonces se llegó a mostrar un proyecto de cómo quedaría el futuro espigón que quedó en eso, en una mera imagen. Hoy la situación es la misma y el deterioro es palpable a simple vista. El primer vallado, metros antes del que soporta el espigón, está prácticamente tumbado debido a los temporales. Las obras de impermeabilización del perímetro y la actuación en la propia frontera del Tarajal no se han extendido, hasta el momento, a las entradas en el mar que tantos y tantos dramas han acogido.