La playa marroquí de Martil, en la zona de Rincón, fue testigo de cómo miembros del profesorado reclamaba unos derechos que, entienden, les han sido arrebatados. Ocurrió este mismo miércoles ante las demandas de los docentes por unos contratos fijos de los que ahora, aparentemente, carecen.
Ante la difusión de vídeo e imágenes en las que se muestra a los manifestantes y a las autoridades de caballería corriendo por las playas de Martil, el medio árabe Hibapress ha recogido las afirmaciones de los agentes de seguridad que niegan "categóricamente" las denuncias que han estado circulando por las redes sociales. Señalaba el haber utilizado a las Fuerzas de Seguridad Nacional simplemente para "dispersar" una "forma de protesta no autorizada".
La situación que atraviesan estos profesores contratantes se remonta a los varios intentos que han tenido por reunirse con representantes del Ministerio de Educación marroquí, que encabeza Saaid Amzazi, y que no han terminado por llevarse a efecto. En su intento por abrir una mesa de diálogo que abordase su estado actual, y para lo que decidieron incluso poner fin a la huelga que planteaban para esos días, algo que según apuntan informaciones locales fue determinante para que las autoridades educativas del país considerasen la desconvocatoria de la huelga como una rendición de sus reivindicaciones.
La fuente de seguridad citada por Hibapress destacaba que dos miembros de la caballería estaban asegurando una patrulla portátil para resguardar la playa de la ciudad, como parte de sus tareas habituales y sin participar en ninguna dispersión de la multitud, antes de que la imaginación policial perdiera el control de los persas debido a su alboroto como como resultado de la "multitud en la protesta cerca de la ubicación de la patrulla".
Las protestas de los profesores contratantes coinciden con un paro nacional los días 9, 10, 11 y 12 de febrero, que estará acompañado de plantones de advertencia y marchas de protesta, además de portar una placa negra el 25 de febrero.
Un mes culminante para las tensiones en el norte de Marruecos
Subyacen a estas protestas otros hitos recientes en el país vecino como han sido las manifestaciones de Castillejos, concurridas este mismo mes. La tensión en el norte de Marruecos encuentra ahora un nuevo aliciente que añade más peso sobre el hartazgo social, nada novedoso en el lugar. El hambre, la pobreza y la compleja situación en la que la pandemia ha sumido al mundo entero se entrelazan en las últimas semanas hasta generar picos de revueltas como los que ya se dieron en Castillejos y estos que ahora se ciernen sobre Martil.
Ante este panorama, no se descartan posibles revueltas en los próximos días que acechen en diferentes puntos del norte marroquí. Tras ellas se esconde la penuria y la escasez de trabajo que afecta a su ciudadanía.
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