Ha sido, sin duda, el mejor cumpleaños para Julio Alberto García Guillén. 58+10, como a él le gusta decir. Un cumpleaños distinto porque desde el pasado 4 de enero se encuentra ingresado en el Hospital Universitario de Ceuta por culpa de ese bicho que tantas desgracias está provocando en muchísimas familias. Afónico, saca las fuerzas para hablar con El Faro y trasladar el mensaje que repite y repite: el del agradecimiento a todos los profesionales que lo están cuidando desde que el coronavirus le tumbó y convirtió un viaje desde su Coín natal para ver a su familia caballa en una dura batalla.
La historia de Julio Alberto comienza este pasado diciembre, cuando llegó a Ceuta junto a su mujer para pasar las Navidades con su hija. Se hicieron el test de antígenos en el punto covid dando negativo. Pero fue el 29 de diciembre cuando varios miembros de la unidad familiar se contagiaron con el virus, afectando duramente al protagonista de esta historia ya que el 4 de enero tuvo que ingresar en el clínico de Loma Colmenar y, el día de Reyes, en la UCI, lugar que abandonaría el 25 para ingresar en planta. Hoy todavía permanece en el Hospital al haber sufrido una neumonía pulmonar por culpa del virus.
Este 4 de febrero cumplió 68 años y sopló las velas de la tarta postrado en la cama pero rodeado de su familia y de quienes se han convertido inesperadamente en gente cercana para él: los sanitarios; todos, desde el primero hasta el último que le ha atendido. “Fueron tantas las emociones recibidas por tantos que me felicitaron y animaron a superar mi delicada salud, que no sabría como ser agradecido, a mi familia sobre todo…”, explica, pero “especialmente tengo que dedicarlo a todo el personal sanitario del Hospital universitario de Ceuta, donde llevo ingresado desde el 4 de enero, ya un mes, cuando por las molestias respiratorias lo decidió mi doctora Sihan”, por asignación del servicio de salud de Ceuta.
Julio Alberto cuenta que desde el primer momento en el que le detectaron covid le han hecho un seguimiento diario. Al desembarcar en nuestra ciudad procedente de Coín dio negativo, tanto él como su familia. Fue días después cuando “tanto mi mujer como yo empezamos a sentir molestias y estado febril, entonces decidimos ir a urgencias ya que estábamos preparando la vuelta” a la Península. Todo cambió, les detectaron coronavirus, contagio que también afectó a los demás miembros de la familia que tuvieron que confinarse. Lo iban superando con síntomas leves, solo Julio Alberto empezó a sentirse peor, a notar deficiencias respiratorias. “Se me asignó la doctora Siham, porque nosotros pertenecemos al Servicio Andaluz de Salud y en Ceuta es Ingesa”, explica.
“El seguimiento y atención de la doctora fue impecable con llamadas diarias y todo cuanto necesitáramos: recetas, etc… Al menor síntoma de empeorar nos dijo que tomaría la decisión de ingreso hospitalario, como así fue días después”, recuerda. Ingresó en la UCI-covid, el área dedicada a estos pacientes, “donde los sanitarios están muy protegidos. Estaba en una magnífica habitación, con vistas al mar, amplia y solo… Se hizo cargo de mi estado el jefe de Neumología, el doctor Leopoldo Domínguez, que me puso una máquina de alto flúor de ultima tecnología para recibir la respiración asistida que necesitaba y un tratamiento con medicamentos apropiados. Sus visitas diarias y las atenciones de enfermeros, auxiliares, limpiadoras, etc… fueron extraordinarias e incluso la comida, que ha sido muy buena y en cantidad. Todo esto ha hecho que esos 25 días sean llevaderos, con constantes pruebas de TAC, rayos, analíticas, medicamentos...”.
Su estado no mejora por eso continúa ingresado, ya que el doctor Leopoldo Domínguez detectó la existencia de una neumonía bilateral, que se ha complicado con un hemotórax, “más complicado de curar ya que el daño en los pulmones es muy grave y muy lento. Me pide paciencia y confía en que con tiempo me recupere, confío totalmente en ello”. Todas estas son secuelas del virus.
Julio Alberto tiene claro el mensaje que dirige a la población de Ceuta, viendo cómo ha sido su caso. Quiere concienciar a la ciudadanía, a la que le pide que no baje la guardia “en protegerse contra este bichito que mata… Cuidaros y en cuanto toque… vacuna. En este Hospital Universitario me he sentido como en casa, tienen una magníficas instalaciones y material de alta tecnología con extraordinarios profesionales, un trato exquisito. Los ceutíes podéis sentiros orgullosos de vuestra sanidad sanidad pública e universal, al igual que en todo nuestro territorio nacional y sin despreciar a la privada, que ha también ha estado a la altura”, concluye.
Me alegro por su recuperación y que poco a poco vaya mejorando, lo que impacta es que este paciente que es el que está padeciendo la enfermedad esté sin mascarilla y todos los demás a su alrededor. Hay enfermer@s utilizando mascarillas ffp2 ( se protegen ellos pero pueden contagiar) y otros con mascarillas quirúrgicas las cuales proteges a los demás pero no a tí mismo!!! Así que no tiene sentido nada de lo que vemos con estas imágenes, es un gesto muy bonito y emotivo no lo dudo en unos momentos tan delicados, pero OJO no por eso hay que eludir el peligro que conlleva esto! Muchas de las personas que son confinadas por contacto con positivo han estado todos con la mascarilla, no entiendo como os atrevéis a hacer esto. Hay hasta una foto con paciente y otra persona sin mascarilla...NO RETÉIS AL BICHO POR FAVOR, ESTO NO ES UN JUEGO.
Un cumpleaños en el hospital con los medicos y enfermeras de palmeros ? Y ademas sin esconderse, publicando la gracieta.
Esto es normal y cotidiano o hay algun trato de favor ?
La verdad es que cada dia esta ciudad es una cajita de sorpresas.
Y ahora que, autoridades y responsables ?. Seguimos mirando para otro lado ?
Que pena de comentario
Mire usted señora, y por lo que dice en otro comentario tambien empleada del hospital, la situacion actual en la ciudad y particularmente en el hospital, no está para este tipo de celebraciones.
Estan aconsejando a la población que no hagan celebraciones, y ustedes, que tienen que dar ejemplo, hacen este numerito y lo publican.
Lo siento, conozco y aplaudo el trabajo y el sacrificio de todos los que trabajan en el hospital, pero cuando pienso que meten la pata tengo derecho a decirlo.
Creía que había que mantener la distancia interpersonal cuando se usa la mascarilla y que los eventos con 11 personas estaban prohibidos.
Me alegro muchísimo de la mejoría de cualquier persona, pero esto no tiene sentido... Se puede mostrar el mismo cariño mientras nos seguimos protegiendo. Si esto pasa en el hospital qué queréis que pase en las casas particulares, mal ejemplo.
Julio no ha estado en ningún momento en uci, estuvo en planta covid en todo momento, ahora en la misma planta pero en una zona limpia, lo escribo por trabajo de enfermera en esa planta
Tenemos que mantener la distancia en todos los espacios siempre que sea posible, abrazarse para una foto no es necesario. Se ve que ni se pensó y que hay muchos hábitos normalizados.