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90 residentes del CETI partieron ayer a la península. Entre ellos algunos de la entrada de febrero, pero también ocho argelinos y 18 mujeres
Hussein está feliz. Tras ocho meses de permanencia en Ceuta, manifestaciones de protesta en la calle, una huelga de hambre, muchos temores e intentos de pase a la península... por fin le tocaba el turno. A él y a otros siete compatriotas argelinos más. Todos tienen en común el haber formado parte de ese colectivo de invisibles que parecía estar condenado a quedarse atrapado en la ciudad. Aquí han perdido la vida muchos de sus compañeros. Cinco en una patera que partió el 12 de octubre y de la que nunca se supo el destino; el último Khalid, su compañero de sueños, que falleció ahogado en el puerto. Confiesa a FAROTV estar agradecido a la dirección del centro y confía en que todos sus compatriotas puedan ir saliendo poco a poco, apostando ahora por emprender una vida nueva en Almería. Ellos sin duda eran ayer los protagonistas de la salida de 90 residentes del CETI, que marcharon a distintos puntos del sur peninsular.
Samir, quien cautivó a todos los medios en el desfile de moda organizado el año pasado por la Sala Bloom, marcha a Granada. No tiene más que palabras para agradecer el trato recibido en Ceuta y sueña con continuar con sus metas al otro lado. Aquí se le recordará por el arte que mostró en sus desfiles, al igual que varias mujeres del centro que con sus mejores galas abandonaron ayer el CETI, en total 18.
El tiempo de estancia en el Jaral se ha reducido esta vez considerablemente, ya que parte de los que dejan la ciudad no llevan siquiera un mes en Ceuta tras acceder por el vallado el pasado febrero. En dos días consiguieron el pase casi mil personas, por lo que se han tenido que acelerar los traslados para evitar mayores masificaciones. Los protagonistas de las entradas lo son ahora de las salidas. Entradas por la valla, por el mar, en dobles fondos de vehículos o hasta dentro de una maleta.