Las lluvias y el frío del invierno ya han llegado y Ceuta carece de un sitio donde los sintecho puedan pasar la noche. El Centro de Estancias nocturnas de la Fundación Cruz Blanca se ha convertido en un centro de atención de 24 horas que se mantiene abierto desde marzo, aunque podría ser insuficiente ante la previsión de bajas temperaturas y una posible tercera oleada de coronavirus.
Este año, con el confinamiento, las administraciones prepararon el pabellón deportivo de La Libertad para las personas que se quedaron atrapadas en Ceuta. Se llenó y el centro cumplió esa función provisional. Pero la ciudad carece de un edificio como tal destinado a este fin: albergar a los más necesitados y afectados por la crisis sanitaria, las personas que duermen en la calle ni tampoco un comedor social para ofrecerles un plato de comida caliente.
No obstante, la Ciudad cuenta con un recurso: el Centro de Estancias nocturnas en colaboración con los Hermanos de la Cruz Blanca, un centro de acogida para personas que necesitan un apoyo de alojamiento especialmente por la noche. Este centro está abierto desde las 17:00 horas a las nueve de la mañana del día siguiente. En este caso y por las circunstancias de la pandemia, el centro se ha mantenido abierto durante las 24 horas del día.
Siete personas duermen actualmente cada noche en dicho centro, personas sin hogar para recibir comida. Mientras tanto, hoy día todavía quedan cuatro plazas libres en el centro de acogida de Cruz Blanca hasta completar las once que tienen disponibles. Sin embargo, desde el propio centro recuerdan que cualquier persona que quiera entrar debe seguir un protocolo COVID, que consiste en permanecer aislado en una habitación durante unos días, mientras se le hace una PCR y se reciben los resultados. Si estos son positivos, se incorporaría a la vida del centro.
No obstante, la Consejería de Servicios Sociales no quiere dejar a nadie desprotegido o viviendo en la calle. La Ciudad cuenta con un programa de alojamiento alternativo que consiste en facilitar una ayuda durante cinco años (60 meses) a familias que lo necesitan. La ayuda económica es para abonar el alquiler de la vivienda. Esta prestación está destinada a personas o familias que por cualquier circunstancia necesitan un alojamiento o bien un apoyo económico por la situación de fragilidad económica que tienen y no puedan hacer frente al pago de las mensualidades.
Además, existe otro recurso de acogida para mujeres e hijos en situación de vulnerabilidad, donde se atiende de forma integral a estas familias. También se trabaja con las residentes para su posible inserción socio-laboral, así como el contacto con sus familias.
Y en caso de situaciones de emergencia, “se trabaja con algunas pensiones de la ciudad y se acoge por un tiempo hasta normalizar la situación a personas en riesgo social, o bien por alguna situación de emergencia: derrumbe de su vivienda, caídas de techos, inundaciones, desahucios, etc”, explican fuentes de la Ciudad.
Por su parte, Cruz Roja tampoco cuenta con un albergue para las personas sin techo como tal, pero cuenta con una unidad de emergencia social y cuando hay alguien pidiendo o durmiendo en la calle, reciben el aviso y acuden rápidamente para ver qué necesitan.
Ahora llega la Navidad y con ella parece que la solidaridad. Pero con el frío y un posible confinamiento, estos necesitarán un espacio donde poder estar. No hay un recuento de cuántas personas pueden necesitar ese albergue provisional, pero sí que será necesario.