La pandemia de Covid-19 se ha llevado por delante todo lo que se ha encontrado a su paso: la vida de miles de españoles y también los recursos básicos de millones de familias que se han visto abocadas al paro o en el mejor de los casos a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Desde mediados de marzo, la demanda de ayuda a las distintas organizaciones no gubernamentales se ha visto duplicada o incluso triplicada.
Casi ocho meses después, las necesidades de las familias empiezan a hacer mella en la labor de estas organizaciones, cuyos recursos materiales y humanos comienzan a escasear, ya que en gran medida dependen de las aportaciones públicas. Desde hace meses, este sector sobrevive y se reinventa para hacer frente a una segunda oleada en la que la solidaridad es más importante que nunca.
Ayudando a los ceutíes en tiempos difíciles se encuentra la ONG Enfermos Sin Fronteras. “La ONG sigue con su misma función de ayudar a los enfermos con medicinas, reparto de alimentos y ropa. Tenemos colaboradores que también en estos momentos se están encargando de todo. No solemos salir en los medios porque no lo hacemos para eso, sino desinteresadamente, pero aquí en Ceuta estamos ayudando más que nunca hasta con reparto de ropa”, comentó la voluntaria Fatima Sohra.
Desde marzo son muchas las familias que nos piden ayuda, “incluso familias que les iban a cortar la luz y agua o que no tienen alimentos para comer”. “El trabajo se está sacando adelante como en los últimos meses y con todos los medios de los que disponemos, pero sí hemos notado que son más las familias ceutíes que necesitan este tipo de ayuda”, prosiguió.
La organización, en este sentido, resulta fundamental para llevar a cabo esta importante labor social. “Cada uno hemos ido repartiendo a un grupo, pero las compras de comida por ejemplo las hicimos en dos grupos de 150 familias, osea que en total hemos ayudado a 300 familias de todas las barriadas de Ceuta que no tenían ni para comer con compras de 40 o 50 euros por familia”, explicó el presidente de la ONG, Mohamed Chergui.
Sin embargo, pedir ayuda nunca ha sido fácil, pero cuando la soga aprieta no queda otra. Para la ONG la privacidad es muy importante. “Nosotros no publicamos cada cosa que hacemos la verdad que por las familias porque bastante mal lo pasan como para hacerles fotos. Preferimos ser discretos en este aspecto”, continuó.
Con vistas al futuro, desde la ONG exigen que se les devuelva la subvención de 12.000 euros que recibían cada y que este año la Ciudad les ha quitado. “Llevamos 14 años trabajando por y para Ceuta y pedimos a la Ciudad que reflexione porque hacemos un trabajo excepcional y lo vamos a seguir haciendo como sea”, concluyó Mohamed Chergui.