Hablará de la situación actual pero también de los ‘Antecedentes históricos’.
–¿Qué podemos aprender del Derecho Romano?
–Hay una tesis muy importante de un sabio, Pirenne, que dice que toda la evolución del mundo occidental tomaba como modelo el derecho romano. La siguieron los visigodos, y lo que realmente produce la ruptura es el mundo árabe, aunque en aquel entonces con una cultura muy superior.
–¿Cuál es su punto de vista al respecto de las revoluciones árabes?
–Hay un movimiento popular intenso, por ejemplo ahora con la guerra en Libia, y no cabe duda de que va a cambiar. McLuhan escribía mucho sobre el avance de las comunicaciones electrónicas, y decía que todas las posibilidades de comunicaciones iban a causar una gran conmoción en los países después del colonialismo. Es lo que está pasando, ha sido un poco profeta.
–¿Usted cree?
–Lo que ocurre es que esto no trae siempre el efecto deseado, por ejemplo los islamistas tienen un poderío enorme y están utilizando las redes predicando la violencia. Pero es evidente que provoca un cambio en el norte de África.
–¿Esa tecnología... favorece o no?
–Primero, hay que ver si la influencia es real, porque es una minoría quienes la usan para bien. Hay que ver quiénes la usan para provocar la guerra. También hay que ver la censura de estos medios. Pero como decía McLuhan, al menos es más fácil informarse.
–¿Se atrevería a decir adónde nos va a llevar ese cambio?
–Sería problemático. Es evidente que no es posible implantar democracias occidentales por su mentalidad. Más bien soy partidario de una transformación paulatina de las estructuras. Implantar la democracia es imposible porque la mayoría musulmana no quiere la democracia occidental.
–¿Sería posible un modelo similar al de Turquía?
–Sí, pero fíjese, a ese país le ha costado muchos años aceptar este modelo. De momento, lo malo sería que estas revoluciones lleven a un modelo islámico tipo Irán, que sería muy peligroso para Occidente.
–Y sin embargo, ¿cuál debería ser la actitud de Europa y del mundo occidental?
–Muchos ciudadanos procedentes de estos países están integrados en Europa, y en verano van a su país de vacaciones. Cuando los que están ahí contemplan la diferencia que hay de nivel de vida, se provoca un contagio. Para mí, el problema principal es el socioeconómico. Soy partidario de cambiar las estructuras en ese plano, y lo demás se puede ir dando por añadidura, porque hasta que l agente no tenga un nivel de vida conveniente...
–¿Podría asimilarse a lo que sucedió en España, cuando se desarrolló una clase media en los sesenta y los setenta, y después vino la Transición?
–Antes de la Transición, afortunadamente ya existía una clase media bastante consolidada, cosa que no ocurre en esos países. Había no sólo funcionarios, sino hasta trabajadores que podían tener su casa. Para mí, la clase media es fundamental, y no existe allí, donde hay ricos y pobres.
–¿Podría ser más fácil en los países árabes productores de petróleo?
–¿Quién disfruta de los petrodólares? Unos caudillos populistas o un ejército corrupto, o unas dinastías. Si la riqueza está tan mal repartida como en Bahrein, donde los palacios de la realeza ocupan la mitad del país, no avanzamos nada hasta que se consolide una clase media
–¿Podría el mundo occidental tener algo que decir para fomentar esa consolidación?
–Debe implicarse más en el tema, porque hasta ahora ha prevalecido cerrar los ojos ante ciertas cosas, como esta diferencia de clases, y aprovechar todos los contratos del petróleo. Hemos dotado de armas a muchos países, y este no es el camino mejor.
–¿Se podría calificar de postura hipócrita?
–Lo defino como un colonialismo sumergido que consiste en ver, callar y aprovecharse. Si no se ve como el de antes, indudablemente estamos en ello, otro tipo de colonialismo en el que vemos cómo unos caudillos disfrutan de las grandes riquezas mientras que existe una masa de pobres.
–¿Cómo abrir esos ojos cerrados?
–¡Es difícil! Primero tenemos que cambiar nosotros mismos. La transformación está no sólo en esos países sino en los que les ayudamos. Si esperemos una resolución de la ONU, inmediatamente surgirá el veto de China, de Venezuela y varios países. Con el derecho internacional, desgraciadamente, no podemos hacer nada.
–¿Habría que buscar una solución alternativa?
–Lo pinto mal porque hasta ahora, tal y como se ha visto en anteriores ocasiones, vendrá el veto de China y puede que Rusia a una intervención.
–¿Por qué China tendría tanto interés en vetarlo?
–Es la potencia que más poder está teniendo en África entera,donde invierte cantidades enormes y lleva sus técnicos incluso obreros.
Las jornadas se inauguran hoy por la tarde
El Centro Universitario UNED Ceuta iniciará esta tarde las IX Jornadas sobre Geopolítica y Geoestrategia que organizada la propia institución universitaria y la Comandancia General de Ceuta bajo el título de “España en África”. La inauguración del simposio se celebrará a las 18.00, con la presencia de autoridades y representantes de la organización. La primera ponencia correrá a cargo del catedrático de Derecho Romano de la UNED, Manuel Jesús García Garrido, quien expondrá los antecedentes históricos de la presencia española en el continente africano.
Le seguirá el general de brigada en la reserva, asesor del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), Miguel Alonso, con el tema “El Protectorado de España en Marruecos: Siglo XX”. A las 20.00 horas, intervendrá el profesor tutor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de UNED Ceuta, Enrique Ávila, para exponer la conferencia titulada: “Influencia de la guerra en África en la vida política y social española: La creación de un Ejército colonial español. Las Fuerzas Regulares Indígenas”. Mañana, el programa comenzará con el general de brigada en la reserva, miembro de la Asociación Española de Militares Escritores, Francisco Laguna. Él hablará sobre el pasado y presente de Guinea Ecuatorial. A continuación, el teniente coronel de la Comandancia General de Melilla, Ignacio Fuente, disertará sobre los antecedentes, situación actual y perspectiva de futuro del Sahara Occidental. La última ponencia de mañana, del profesor de la UNED de Melilla Ángel Castro, hablará sobre ‘El porvenir del pasado’ de ambas ciudades.