La desesperación que marca al colectivo de inmigrantes atrapado en Ceuta es de tal calado que nada frena ese querencia por llegar al otro lado. Cualquier vía es la elegida, aunque el riesgo sea elevado. Demasiado. Esta misma semana los Bomberos, ayudados de empleados de Grúas Ordóñez, tardaban más de tres horas en liberar a un inmigrante atrapado entre el amasijo de chatarra de un camión. Le salvaron la vida. Esas imágenes impactaron a todos, también a los propios inmigrantes que pensaban que habían perdido al compañero.
No pasaron ni 48 horas cuando, ya en el puerto, se volvieron a repetir las escenas cuando en el interior de esa misma batea cargada de chatarra, se detectó la presencia de otro magrebí que intentaba embarcar de manera clandestina para introducirse en la Península. Una y otra escena fueron separadas por días. Ambos protagonistas incurrieron en el mismo riesgo y buscaron similar forma de colarse: mezclados entre la chatarra, entregados a la posibilidad de morir aplastados o de no poder pedir auxilio al no ser escuchados. En este caso, durante las labores de embarque de la batea, uno de los canes del Servicio Cinológico de la Guardia Civil marcó la existencia de alguien en el interior y fue así como pudieron sacar a este inmigrante. Los camioneros de Ceuta, testigos de este tipo de situaciones, todavía se asombran ante determinados rescates, ante historias complicadas en donde el hilo que separa la vida de la muerte es demasiado fino.
Los protagonistas de estos pases, adultos y menores, no son conscientes del riesgo que viven. Hace solo unos días un menor fue trasladado al Hospital por una ambulancia tras quedar atrapado bajo uno de los camiones que embarcó con destino a Algeciras. El menor, que nunca ha pasado por un centro dependiente de la Ciudad Autónoma, había entrado a Ceuta a nado hace pocas semanas y su destino directo fue acudir a las escolleras del puerto para intentar cruzar a la Península. Es el sendero que continúan quienes, perdido todo, tienen como único objetivo superar un Estrecho en el que a muchos de ellos se les ha ido ya la vida.
Peor están los autónomos aquí y nadie le hace un articulo. Que quiere que sentamos remordimiento ellos son los que eligen y tienen un riesgo