La situación que vive la frontera de Ceuta, cerrada desde hace ya más de medio año a causa de la crisis sanitaria del coronavirus pero también con unos problemas previos por el fin del porteo, es igualmente extrapolable a la ciudad hermana de Melilla, que incluso en fechas antes vivió estos problemas ahora recrudecidos por las dificultades económicas que todo ello ha provocado.
Por ello, los miles de porteadores que trabajaban en la frontera entre Melilla y Marruecos, especialmente en el Barrio Chino de la ciudad española, se han vuelto a manifestar para defender sus derechos después de muchos meses de incertidumbre y dificultades. Se podría equivaler a lo que miles de familias están sufriendo en ciudades como Tetuán, Castillejos o Rincón en el caso de Ceuta.
Allí las manifestaciones y concentraciones se han protagonizado en Nador, la ciudad principal de Marruecos en la zona de Melilla, a pocos kilómetros de España. A las puertas del sindicato UMT - Unión Marroquí de Trabajadores-, los porteadores que trabajaban con anterioridad en la frontera, cerrada ya para el comercio atípico desde hace año y medio, se han agolpado para beneficiarse de la ayudas que desde las autoridades gubernativas, tanto a nivel nacional como provincial, han otorgado.
Así, según explican medios locales, se ha firmado un acuerdo a principios de la presente semana, en Rabat, entre el Ministerio Solidaridad, Desarrollo Social, Igualdad y Familia del Gobierno de Marruecos y el Consejo Provincial de Nador.
Por este motivo, miles de personas se han aglomerado en esta zona de la ciudad de Nador para pedir los papeles con los que rellenar las solicitudes. No se ha cumplido ni mucho menos la distancia de seguridad, algunos se han 'saltado' la norma de portar la mascarilla, pero la necesidad de las ayudas económicas para salir adelante les ha importado más.
Todos ellos, como pasa al otro lado de la frontera de Ceuta, viven otra realidad ajena a la del coronavirus que, eso sí, también se une haciendo dos crisis letales: sin trabajo, sin un futuro, sin comida, no les queda otra que esperar a unas ayudas fundamentales para ellos antes de soñar con encontrar otro trabajo.