“No podía cancelar mi boda otra vez, pero la frontera estaba cerrada y Leo, el diseñador de mi vestido, no podía volver. No teníamos prácticamente nada del vestido porque íbamos a empezar a hacerlo en marzo cuando volviera de Marruecos. No consiguió volver hasta julio y lo hizo en una semana. Cuando hice la segunda prueba y vi que era el vestido de mis sueños, respiré tranquila”.
Estela Guerrero Fajardo, la granadina de 27 años protagonista de esta historia, había soñado desde pequeña con el día de su boda y sobre todo, con que su vestido “sería espectacular”. Un vestido que se convirtió en una pesadilla poco antes de su día soñado. Un tormento que comenzó aquel 13 de marzo con el cierre de la frontera entre Ceuta y Marruecos
El “amigo y diseñador” de Estela, Leo Norma, nació en Marruecos y lleva más de 27 años viviendo en España. Aunque está afincado en Granada, suele participar en desfiles y showroom en su país natal. Esto hizo que el pasado 13 de marzo fuera el invitado de honor Royal Fashion Tour 2020 de Tánger. Por eso el día 5 se fue a Marruecos para tenerlo todo listo para presentar su última colección.
Leo, tal y como contaba El Faro de Ceuta a finales de junio, tenía un encargo “algo más especial” y es que una clienta suya, Estela, se casaba el 18 de julio y no sabía si podría llegar a tiempo para terminar su vestido. Estela, la novia, estaba desesperada porque no tenía traje y ya no sabía qué hacer.
“Me casaba el 23 de mayo y lo tuve que posponer porque Leo no venía. Volvió el 3 o 4 de julio y nos tuvimos que poner a tope a hacer el vestido porque no teníamos nada. Tuvo una semana para hacerlo. Estuvo cosiendo todas las noches para poder hacer las dos pruebas. Me llamaba por vídeo llamada para que viera cómo iba el vestido. Fue tal y como yo quería”, relató Estela.
“Quería casarme con el vestido de Leo. Además, él me peinaba y me maquillaba y todo”
Para cualquier pareja de novios el día de su boda es inolvidable. Uno de los días más especiales de sus vidas, que no olvidarán. Si pudieran retroceder en el tiempo Estela y Manolo volverían a ese momento. La pareja perfecta y la boda de ensueño que hizo a todos disfrutar.
Estela jamás se hubiera casado con otro vestido. “Yo quería casarme con el vestido de Leo, pero como no venía…aplazar todo de nuevo suponía cancelar todo con todo el gasto económico y el esfuerzo de reservarlo otra vez. Además, él me peinaba y me hacía el maquillaje y todo. Estaba atada de pies y manos sin él”, continuó.
Se casaban en Nerja, en la playa, y tuvieron que cambiarlo y hacer la ceremonia al aire libre en una finca cerca de Granada. “Todo eso era dinero. En todos los cambios nos gastamos unos 2.000 euros más, pero valía la pena. La boda fue espectacular y todo salió perfecto. Tenía 200 invitados y al ser en la finca al aire libre podía tener hasta 250, por eso no reduje el número de personas. De todas formas, hubo bastante gente que no vino. Pero no hubo ningún contagiado y salió todo bien”, relató.
Como en una boda de cuento, Estela dio el sí quiero con un vestido que sorprendió a todos los invitados. “Era una pasada. Tenía falda de tul desmontable, mangas desmontables, espalda desmontable y luego me lo dejo corto para el baile. También me hizo una mascarilla a juego con el vestido y me personalizó los zapatos. Desde luego sin Leo no me hubiera casado. Fue una total obra de arte. Todo el mundo se quedó boquiabierto. La verdad es que sin Leo no hubiera sido igual y aparte de un muy buen amigo es un profesional que se dejó la piel para mí. Era el vestido de mis sueños y él sobrepasó las expectativas”, concluyó.