Álvaro Ríos, médico interno residente, ha escogido plaza para la especialidad tras realizar el examen MIR. Este ha sido el año más difícil e impredecible para los opositores MIR debido al estado de alarma provocado por el COVID-19. Él lo ha pasado con mucha incertidumbre porque la elección de plaza ha sido eterna por la falta de información por parte del Ministerio a lo largo de los meses. Finalmente, deja Ceuta y se muda a Granada, donde se formó como médico con la tranquilidad de haber escogido la plaza que él quería.
–¿Cómo le salió el examen MIR? Cuando salió la puntuación, ¿quedó satisfecho?
–A parte de seis años de carrera y 16 meses de estudio MIR, la dificultad del examen radica todo en el que te lo juegas a una sola carta. Es un único examen en el que hay que tener en cuenta cómo vas anímicamente, las estrategias para elaborar el examen o la suerte que puedes tener contestando alguna pregunta en la que no se tiene seguridad. Este año han disminuido las preguntas de 225 a 175, con lo cual la variación de un punto influye muchísimo más en esta disminución. El examen no fue el mejor que hice, pero todo tiene que ver con las preguntas, la presión… Y la formulación de la pregunta, que este año varió mucho. En cuanto a la puntuación creo que la mayoría de la gente no queda satisfecha.
–Quedaba lo más importante, escoger plaza pero sucedió el estado de alarma. ¿Cómo ha sido la espera?
–La espera ha sido larga, dura y, sobre todo, llenísima de incertidumbre. El ministerio no nos daba información clara al respecto, pasaban las semanas y toda la información que salía eran rumores, filtraciones a la prensa y muy pocas veces era información directa del Ministerio. Por lo tanto, los que nos presentamos al examen y pudimos ver nuestra calificación provisional tuvimos que esperar meses hasta saber la definitiva de nuestro examen. La incertidumbre era tremenda.
–¿Cuáles fueron las alternativas que surgieron durante el confinamiento para poder escoger especialidad?
–Este año antes del estado de alarma la elección iba a ser exactamente igual que todos los anteriores. Es cierto que, cuando llegó el estado de alarma, la idea de una opción telemática propuesta por el Ministerio no se planteaba como mala. Pero, con el paso de las semanas y de los meses, el Ministerio demostró una capacidad nula para ejecutar esa opción de forma online, rápida y eficiente. Pasaban las semanas y las Comunidades Autónomas a las siguientes fases con medidas más laxas de seguridad, desde diversas plataformas de ‘MIRES’, se propuso al Ministerio una lección presencial que no fuese necesariamente en Madrid y sí desde las subdelegaciones del Gobierno. Y el Ministerio, en ningún momento, sopesó esta idea y, ni siquiera, hizo el esfuerzo para dar una opción posible. La situación era muy pintoresca, a nosotros los opositores no nos dejaban hacer una elección presencial tomando todas las medidas de seguridad oportunas.
Hasta el último momento el Ministerio no dio su brazo a torcer y mantuvo la opción telemática exclusiva para la elección de plaza y teníamos que hacer una lista de 600 plazas de 600 hospitales diferentes que, con tu nota, no podías ni llegar a estratificar. El Tribunal Supremo suspendió esta opción a escasos días de hacerse efectiva y se ha hecho durante esta semana de forma convencional, en Madrid.
–¿Cómo vivió el escoger su plaza?¿Qué sensaciones tuvo ya en Madrid?
–De una forma muy bonita, me acompañó mi padre a la elección y estuve con él tres días en la capital. Desde el martes hasta el jueves, el miércoles a las 17.30 horas elegí plaza. Estuve muy nervioso porque delante de uno hay muchísima gente y no sabía si alguien iba a coger la plaza que a mí me interesaba porque las pueden coger del día anterior o del mismo día incluso.
Entonces, con mi padre, íbamos siguiendo las escogidas y tachándolas de mi lista para cuando me tocara mi turno escoger bien.
–Finalmente, ¿escogió la plaza que quería?
–Sí, entre todas las opciones que tenía pude elegir la que tenía en primera opción que ha sido Medicina Física y Rehabilitación en el Hospital Virgen de las Nieves de Granada, en la misma ciudad en la que me he formado como médico. Ha sido una elección muy emocionante y estoy muy satisfecho.
Ahora tengo una liberación absoluta porque tengo mi plaza, ha terminado el MIR y voy a formarme como especialista. Este camino tan duro, largo y lleno de baches ha valido la pena.
–¿Con la espera tan larga para escoger plaza y el parón de las administraciones ha trabajado como sanitario durante el estado de alarma?
–Sí, he trabajado como médico en el centro de salud del Tarajal durante el estado de alarma y después de este. Ha sido una experiencia muy enriquecedora y me llevo de ahí muchísima experiencia como médico que me va a servir para mi futuro. También me llevo el haber conocido grandes profesionales que trabajan ahí tanto médicos como enfermeros, personal de limpieza, guardas, celadores… En definitiva, unos grandes profesionales y compañeros. También me llevo una ligera remuneración económica como empujón en mi residencia y, sobre todo, el haber podido ayudar a los ceutíes durante estos meses con sus problemas.
Alvaro, te deseo lo mejor en tu nueva etapa como médico.
Un abrazo y cuidate
Y únete a la huelga porque es tu esclavitud
Mis más sincera enhorabuena, Álvaro. Un esfuerzo tan grande, y tanto sacrificio, ha tenido su merecida recompensa. Eres ya un gran profesional, y siempre lo serás.
Más bien empieza tu esclavitud como residente...