La Guardia Civil llevaba meses detrás de una presunta organización criminal dedicada al tráfico de drogas pero que desvió, después, el empleo de las semirrígidas que adquiría para sustituir los fardos de hachís por personas. Un negocio lucrativo que los investigadores pertenecientes al OCON-SUR (Órgano de Coordinación de Organizaciones de Narcotráfico) han buscado desmantelar con el desarrollo de la Operación Soldado. Una decena de arrestos en Ceuta no son los únicos que debían completar la suerte de sospechosos que manejaba el Instituto Armado cuando decidió ‘reventar’ la operación. Los agentes no pudieron dar con hasta 16 individuos en sus domicilios, ahora están en busca.
El Juzgado de Instrucción número 4 ha avalado cada uno de los movimientos y peticiones de seguimiento que durante meses llevó a cabo la Guardia Civil, registrando, grabando y detallando cada paso que daba contra la que considera una de las organizaciones más potentes en la ruta del Estrecho. Este viernes, tal y como adelantó este periódico, tres de los detenidos entraban en prisión eludible bajo el pago de una fianza de 10.000 euros. Son los que se considera piezas destacadas de un engranaje delictivo cuya base logística es situada por la Guardia Civil en Ceuta, según las investigaciones a las que ha tenido acceso El Faro.
¿Qué es lo que hay detrás de ‘la Soldado’? De las indagaciones llevadas a cabo por el OCON orientadas a la represión del tráfico de drogas y blanqueo de capitales en el Estrecho, los agentes dieron con una presunta organización perfectamente estructurada que empleaba embarcaciones semirrígidas para la comisión de delitos y lo hacía cuidando hasta el último detalle.
‘Pateristas’ y ‘agua’
Dos de los detenidos en el operativo desarrollado en Ceuta desempeñan el rol de líderes, es decir, eran los “encargados de tomar las decisiones de especial relevancia” mientras que “el resto de miembros obedece funciones”, detalla en sus investigaciones el OCON. Junto a los dos líderes figura un ‘hombre de confianza’ convertido en enlace con el resto de personas afines al grupo. Los ‘jefes’ eran los que planificaban y ponían en marcha los alijos de droga, dando órdenes a los que realizaban la función de ‘pateristas’ o los que hacían la de ‘agua’, es decir, la de transporte de droga a las embarcaciones, abastecimiento de nuevas lanchas cuando las otras estaban demasiado ‘marcadas’ por las fuerzas de seguridad y el relevo de tripulación para evitar la identificación de los pilotos además del abastecimiento de víveres. Cuidaban detalles hasta el punto de revisar las semirrígidas que atracaban en el puerto deportivo para ver si disponían de algún geolocalizador colocado por la Guardia Civil. ¿Y cómo sabían de los pasos dados por la Benemérita? Disponían de controladores en el propio puerto deportivo que vigilaban los posibles movimientos de los agentes, bien desde la propia dársena o desde el Paseo de las Palmeras que constituye un auténtico mirador de control hacia la base del Servicio Marítimo.
AEGC Felicita a los “compañeros” por los servicios realizados y enmarcados en la ‘Cartaya’
Los investigadores del OCON-SUR controlaron dos lanchas usadas por la organización a las que gradualmente se sumaron más, adquiridas específicamente para el desembarco de alijos o el tráfico de personas si consideraban que algunas estaban ya ‘marcadas’.
Durante meses los agentes siguieron los pasos de este grupo delictivo al que vinculan con tráficos detectados desde septiembre de 2019. Por ejemplo, los investigadores creen que estuvieron detrás de un desembarco en la playa Guadalobón, de Estepona, además de pases de hachís que se produjeron meses después.
Dentro de la organización había “pilotos más activos” y se contaba con otros cuyo papel era el de dar cobertura a las planeadoras para evitar que se consiguiera la identificación de los pasadores.
De septiembre de 2019 a los primeros meses de 2020, la Guardia Civil relaciona a la organización con el movimiento de hasta cuatro toneladas de hachís y con la aprehensión de semirrígidas que fueron intervenidas bien por el Servicio Marítimo de Ceuta, el de Algeciras o las autoridades gibraltareñas. Mediante el uso de motos de agua llevaron a cabo varios pases de hachís abortados por la Benemérita, uno de 140 kilos en Marbella y otro de 100 en Ceuta. Posteriormente se les relacionaría con la entrada de casi 700 kilos de esta droga en la Península y con el trasbordo de mercancía para colar casi una tonelada de droga en Estepona.
Hasta doce embarcaciones fueron ‘fichadas’ como usadas por la organización en ese doble objetivo de introducir hachís que luego varió al de personas.
El modus operandi seguido para evitar la presión de los agentes queda reflejado en los distintos seguimientos enmarcados en ‘la Soldado’ con el beneplácito judicial. “Cuando hacían un alijo evitaban ser identificados a su llegada al puerto deportivo a bordo de las neumáticas, por eso usan a otros miembros de la organización con perfiles más bajos o sin antecedentes para introducir la embarcación en el amarre del puerto. Así pasan desapercibidos y enmascaran su actividad criminal”, recoge la Benemérita. Antes de llegar a puerto se produce el cambio de piloto. Después del amarre de la lancha y contando con la connivencia de algunas personas de la zona, hacían un “control exhaustivo de las embarcaciones y revisiones en evitación de la instalación de medios de geolocalización además de hacer vigilancia sobre las instalaciones del puerto. Tras los alijos, los pilotos más experimentados rehúsan ser identificados” con estas artimañas.
A la introducción de grandes cantidades de hachís se sumó, en los últimos meses, la de personas. Un 2x1 en el negocio. En el último periodo de la investigación se observó que usaron semirrígidas para la introducción de inmigrantes. Así se refleja en los seguimientos realizados en el mes de noviembre, cuando se detecta entradas de un grupo de 8 magrebíes y, días después, de otro de diez. Al llegar a la costa, uno de esos inmigrantes quedó atrapado y herido en los acantilados de la zona, siendo complicado su rescate que se tuvo que llevar a cabo con apoyo de los Bomberos, en una madrugada de viento y lluvia. Estaba herido, con fracturas, pero la organización lo había abandonado a su suerte.
Después de aquel episodio llegarían más: una carga de 20 personas en las proximidades de la playa del Desnarigado así como desembarcos de alijos de 900 y 600 kilos de hachís.
Esta semana el OCON-SUR optó por desarrollar la fase de explotación practicando las detenciones de los sospechosos, aunque no pudo materializar todos los arrestos por lo que la operación continúa abierta a la espera de que más implicados se personen ante el Instituto Armado voluntariamente o sean detenidos en cuanto se sepa de su paradero. Los barrios del Príncipe, Juan Carlos I (donde finalmente fueron detenidos los dos presuntos líderes) y Benzú coparon los arrestos a los que se sumaron otras zonas de actuación de los agentes durante toda la jornada, con la práctica de detenciones en Juan de Juanes, calle Alfau, Patio Páramo o Finca Guillén.
La Asociación Española de la Guardia Civil -AEGC- ha felicitado públicamente “a los compañeros” que han participado en la operación por los “numerosos servicios que están haciendo en el marco de la Operación Cartaya”.
Aquí en este país lo que falla es la Justicia y quienes la ejercen
Mas película que la WARNER BROS.....el trabajo hecho por la GUARIDA CIVIL un 10, pero de nada vale si al rato están todos en la calle..........
Eso mismo digo yo, k movimiento y gasto de recursos de dinero de todos para k luego kede en nada y todo el mundo en la calle andando y vacilando
pues porque n o tienen ni pruebas ni arfgumentos contra ellos solo sospechan a sido un fcracasoo total xd tanta peli de accion pa na... q verguenza
Toda esta película y ya están todos en la calle, sin comentarios.