La próxima temporada será toda una revolución en el fútbol no profesional con un calendario más reducido que unido a la remodelación de la siguiente temporada para crear una nueva categoría intermedia, lo cambia todo.
El formato será totalmente diferente al actual con un centenar de equipos en liza, subgrupos y diferentes fases. La RFEF dividirá la categoría en cinco grupos de veinte que a su vez se dividirán en diez subgrupos de diez. Entre ellos se jugará a ida y vuelta frenética de 18 partidos cada club para decidir en base a los resultados como se forman los siguientes subgrupos que serán los que decidan los ascensos, descensos y permanencias.
Los tres mejores de cada subgrupo tendrán derecho a jugar una fase intermedia para lograr el ascenso a Segunda División con lo que los treinta mejores quedarían divididos tras la primera fase en cinco nuevos subgrupos de seis equipos cada uno. Los tres mejores de cada uno, un total de 15, jugarían la fase de ascenso tradicional junto al mejor cuarto de los cinco subgrupos anteriormente mencionados. Con esto desaparecería la llamada ruta de campeones aunque la RFEF está estudiando posibles ventajas para los primeros clasificados.
Tras la disputa de ese play-off se conocerían los cuatro equipos que ascienden a Segunda División mientras que los derrotados del play-off, los cuatro descendidos de la Liga Smartbank y los no clasificados para la fase de ascenso si pertenecen a los subgrupos de los mejores, formarían la Segunda División B Pro para la temporada 2021/2022.
Con los 12 perdedores del play-off, más los cuatro descensos de Segunda División y los 14 peores de los subgrupos de los mejores forman 30 equipos con lo que quedarían pendientes 10 ascensos a la nueva Segunda B Pro que saldrán del segundo subgrupo formado tras la primera fase, un total de 40 equipos, que serían los cuartos, quintos, sextos y séptimos clasificados de los diez subgrupos iniciales.
Para el descenso, los tres peores equipos de cada uno de los diez subgrupos iniciales disputarían entre ellos la fase de descenso a Tercera División que cobraría más importancia que nunca ya que los participantes ya estarían descendiendo un nivel para la temporada en cuestión.
Al existir una Segunda B Pro, la Segunda División B pasaría a ser la cuarta categoría del fútbol español y la Tercera División se convertirá en la quinta categoría.