El Comité Ejecutivo de la UEFA aprobó este jueves unas guías para la protección física de la cabeza de los jugadores jóvenes tanto en entrenamientos como en partidos, que incluyen recomendaciones y sugerencias sobre aspectos como el tamaño del balón, la presión y la necesidad de ejercicios para fortalecer el cuello.
Las directrices se elaboraron tras los resultados de dos estudios llevados a cabo por la UEFA en 2018, con grupos de investigación independientes en la Universidad de Saarland (Alemania) y en la Hampden Sports Clinic and Greater Glasgow & Clyde Health Board (Escocia).
Según indicó la UEFA, las federaciones nacionales puedan añadir otros reglamentos, pero deben incluir las directrices de la UEFA como mínimo.
La creación de esta guía no es una idea nueva. Nació incluso antes de encargar los estudios a las universidades citadas. Fue en 2017. Por entonces, la UEFA comenzó una investigación en busca de propuestas de investigación para estudiar el riesgo de cabecear el balón entre los jugadores jóvenes en el fútbol europeo.
Ya se han realizado varios estudios sobre diversos aspectos de los efectos del remate de cabeza. La falta de información sobre el número de veces que los futbolistas jóvenes cabecean el esférico tanto en situaciones de partido como en entrenamientos, y una falta de datos sobre los efectos de cabecear en jugadores jóvenes fueron el detonante para crear el estudio que ahora se ha visto plasmado en una guía.
Los objetivos del estudio de investigación era, en primer lugar, determinar la carga de cabeceos en el fútbol juvenil en el fútbol europeo, tanto en situaciones de partidos como en entrenamientos y en diferentes categorías de edad y sexo, y en segundo lugar determinar si cabecear suponía algún efecto adverso en la estructura y la función de los cerebros de los jugadores jóvenes.
Existe numerosa literatura médica que describe la relación entre la práctica deportiva y las conmociones cerebrales. Una caída o un impacto que haga que el cerebro se golpee contra el cráneo pueden crear hematomas en el cerebro. Además, puede haber desgarros en los vasos sanguíneos y lesiones en los nervios. Estas lesiones pueden causar una conmoción cerebral: una pérdida del funcionamiento normal del cerebro de carácter temporal. Entre las prácticas deportivas que pueden provocar este tipo de lesiones está el fútbol, por golpear la pelota con la cabeza de una forma incorrecta.
La Federación de Fútbol de Estados Unidos decidió, en 2012, que los niños menores de 10 años no deberán rematar de cabeza en los partidos de fútbol, he implantó limitaciones para este tipo de remates durante los entrenamientos para niños de entre 11 y 13 años.