El antiguo crematorio hindú de Ceuta, ubicado detrás del cementerio de Santa Catalina, está lleno de basura por dentro y, sobre todo, por fuera. Las instalaciones ya no es que estén abandonadas y en desuso sino que están siendo utilizadas para fines que no son religiosos.
El lugar de culto está completamente descuidado y con basura tanto en el interior como en los alrededores del edificio. La puerta, aunque está cerrada con unas cadenas de hierro, deja intuir que ahí habitan otras personas por los restos de mantas, troncos y basura que hay en su interior.
Otra de las muestras del paso del vandalismo son los numerosos grafitis con mensajes o dibujos que cubren las paredes. Han sido borrados por la cantidad de capas de pintura que hay sobre el muro, pero los dibujos vandálicos vuelven a aparecer una y otra vez.
En los alrededores hay una cantidad inmensa de desechos, bolsas de plástico, basura... Pero lo más llamativo son los asientos de diferentes tipos de vehículos, colchones, muelles de cama e incluso una bañera abandonada. ¿Por qué está eso ahí?
La puerta de entrada está cerrada con una cadena de hierro, pero no evita intrusiones
También, en el interior del antiguo crematorio hindú de Ceuta, de forma muy sutil y que pasa desapercibido a la vista, hay una entrada y una salida perfecta. Adentrándote entre los matorrales hay colocada de forma premeditada una losa de cemento para que el acceso al interior sea muy sencillo. Las paredes no son demasiado altas, por lo tanto se puede caer al interior dando un salto desde arriba del muro.
Lo curioso es que la salida está en otra de las paredes. Alguien ha colocado unas losetas de hormigón en forma de ‘trampolín’ para que el que quiera salir del antiguo crematorio debe coger impulso. Estas ‘entradas y salidas’ ficticias y construidas son para hacer un uso ilícito de este lugar
El aspecto, a día de hoy, de la infraestructura donde se hacían rituales religiosos no es el que debería de tener como lugar de culto que con el paso del tiempo ha conllevado a que esté completamente inutilizado.
Desde cierta distancia, la coloreada pagoda del edificio hindú transmite una sensación que hace que se comprenda la religión hindú sin intuir que la situación in situ es totalmente contraria.
El problema del abandono y desuso de infraestructuras cerradas y con grandes dimensiones es que acaban siendo utilizadas por personas para actos poco cívicos. Esto conlleva a que se llene de basura y restos y que se convierta en un lugar poco agradable donde antes se realizaban actos de culto hindú.
Esta es la triste historia que vive ahora el viejo crematorio hindú de la ciudad de Ceuta, y de la que se puede ser testigo si uno se acerca al cementerio de Santa Catalina o pasea por los alrededores del parque. También desde la altura del puente puede contemplarse la estampa tan pavorosa que arroja el interior.