España ha superado la fase 0 de la desescalada del confinamiento por el Covid-19. Una gran parte de comunidades están en fase 2. Determinadas provincias nos hemos quedado en fase 1 por alguna semana más. Granada y Málaga son las únicas dos provincias de la Comunidad Autónoma de Andalucía que se mantienen en esta fase, pese a las airadas protestas de su consejero de Sanidad, que no ha cumplido sus deberes adecuadamente y no nos ha dotado de los medios suficientes para poder prevenir con seguridad un peligroso rebrote del número de contagios.
Justamente estábamos escuchando las declaraciones de los políticos del tripartito que sostiene artificialmente al gobierno de la Junta de Andalucía en el poder, cuando nuestra nieta terció en la discusión extrañándose de que no estuvieran satisfechos con la fase 1, si era la más importante. Esto nos descolocó. Le preguntamos por qué lo creía así. Su respuesta fue clara y contundente. Porque te permiten poder visitar a tus familiares. Por eso yo puedo estar aquí con mis abuelitos. Evidentemente, nos dejó sin palabras.
Ya antes, cuando comenzó el confinamiento, éramos conocedores de que los primeros días lo llevó mal. Su carácter se volvió más irascible. Discutía con los padres. Daba voces y quería salir a la calle y volver al cole. Pero, poco a poco, se fue autoconvenciendo de que no quedaba otra que aguantar así por el bien de todos. Fue entonces cuando la llamamos en video conferencia. Y nos decía que tenía gana de poder vernos. Nuestra respuesta fue que ya nos estaba viendo en la pantalla del ordenador. Pero ella nos decía que no se refería a esa forma de vernos, sino a la de vernos de verdad, para abrazarnos y darnos besos. Le contestamos que, para esto, aún quedaba algo de tiempo. Pero que llegaría. Se conformó un poquito.
A los pocos días, nos enviaron sus padres una grabación que la niña hizo con el teléfono móvil. Se trataba de un montaje con juguetes y hablando ella, en el que explicaba con todo detalle qué era el covid-19, lo que se sabía hasta el momento sobre su origen, a quién afectaba, y por qué era tan importante quedarse confinados en la casa. Para ella, la clave estaba en no contagiarse, ni contagiar a los demás. Sobre todo, a las personas más vulnerables, como las personas mayores, que era el caso de sus abuelitos. Lo mostré a compañeros del departamento con los que poníamos en marcha el proyecto titulado https://blogs.ugr.es/heroes19/. Inmediatamente, esta grabación, así como la de otros niños que habían tenido iniciativas parecidas, fueron colgadas en estas páginas de la Universidad de Granada (https://blogs.ugr.es/heroes19/?s=ni%C3%B1os).
En un caso “Peques leen a peques”, de lo que se trataba era de ayudar a los pequeños a pasar el confinamiento. Lo que se explica en la noticia es que: “….Muchos pequeños pasan este confinamiento lejos de seres queridos como sus abuelos, sus amigos y sus coles. Además, han visto reducirse sus espacios de juegos a pequeñas estancias, donde las horas pueden pasar lentas y los días hacerse interminables. A través de esta iniciativa, los niños y niñas se convierten en cuentacuentos, preparan historias para hacerlas llegar a todos aquellas casas donde están sus familias y amigos. Así los sienten un poquito más cerca y comparten lo que les divierte: “Los cuentos los acompañan y les conectan”. De esta forma, los niños y niñas asumían roles de liderazgo, superaban sus miedos, compartían sus historias con sus amigos y descubrían que los libros son divertidos y les ayudan a hacer amigos. La idea fuerza del proyecto era que: ”… Los niños y niñas son el gran motor de cambio de cualquier sociedad. Mediante pequeños gestos de los que ellos son los verdaderos protagonistas, sienten que están contribuyendo a mejorar una situación tan atípica como esta en la que nos encontramos. Ellos también nos enseñan a afrontar esta crisis, porque su capacidad de superación es inspiradora y admirable.”.
En el otro caso, “Niños y niñas que se hicieron héroes entendiendo y ayudando a entender la situación” , se informaba de que “…Unicef calcula que en el mundo hay unos 2.200 millones de niños y niñas. La mayoría de los gobiernos de todo el mundo han cerrado los colegios para intentar evitar la propagación exponencial de la pandemia del Covid-19….Los niños y niñas están sufriendo de forma especial esta crisis. De la noche a la mañana se les ha confinado en la casa….Las consecuencias psicológicas de este confinamiento están por ver. Son las grandes incógnitas de los psicólogos, los pedagogos y los maestros. También de sus padres.”. Sin embargo, lo que nadie se esperaba era que se adaptaran bien a esta situación y que, no sólo hubieran entendido lo que ocurría, sino que fueran capaces de ayudar a los demás, niños y niñas como ellos, para que se adaptaran a la nueva y difícil situación. Esto es lo realmente extraordinario en este vídeo, grabado y realizado por una niña de apenas 10 años, para enviárselo a sus amigos y amigas, y también a sus abuelitos y personas queridas. Sobre todo, es un potente mensaje de esperanza.
Nada que ver con las noticias con las que se abren los telediarios, en las que se muestran las infinitas broncas entre políticos españoles de todas las tendencias, o los llamamientos irresponsables del partido de ultraderecha VOX, incitando a las gentes a romper el confinamiento, sin importarles las medidas sanitarias de seguridad, y a manifestarse para pedir la dimisión del legítimo presidente de todos los españoles. Una cosa parecida a los llamamientos del irresponsable presidente de los EEUU de América, Donald Trump para que las gentes se rebelen contra el confinamiento decretado en algunos Estados, o beban lejía para desinfectarse. Similar también a lo que hace el lunático y peligroso presidente de Brasil, Bolsonaro, incitando también a la rebelión al populacho, y a que se manifiesten en las calles, pese a haberse convertido en el cuarto país del mundo en número de contagios y fallecidos por el coronavirus.
Nuevamente nuestra nieta nos dio otra lección, cuando al empezar la emisión del telediario nos decía: “Ya está bien, abuelitos. ¿Es que no hay nada más que coronavirus en el mundo?. ¿Es que no hay nada más importante que esto?. ¡El mundo también es pasear por el campo con los familiares, jugar con los animales, pintar, leer,….,y no solo coronavirus y más coronavirus!, exclamaba”. Solo pudimos darle la razón, cambiar de programa y prometerle que al día siguiente jugaríamos juntos a algo divertido.