¿Se imagina pasando el confinamiento dentro de unas instalaciones deportivas en donde el mayor ocio que encuentra pasa por dar patadas a una pelota de fútbol? Las más de 200 personas acogidas en ‘Santa Amelia’ y ‘La Libertad’ no tienen que imaginarlo porque lo viven. Es su día a día, quebrado desde hace una semana por los paseos. Unas salidas autorizadas por la Delegación del Gobierno en Ceuta que se han convertido en un bálsamo para muchos, rebajando la tensión de estas semanas atrás. Para otros, en cambio, se han transformado en motivo de fuga.
En el polideportivo Santa Amelia hay acogidos 90 menores, los que cumplieron la mayoría de edad salieron de las instalaciones y los últimos fugados han regresado por su propia voluntad. De hecho los paseos organizados bajo tutela no han derivado en fugas masivas como algunos temían. Salvo casos excepcionales, las normas se están cumpliendo.
Del pabellón de La Libertad, en las últimas horas se fugaron ocho internos, aprovechando precisamente uno de los paseos. Cuatro fueron localizados, el resto no. En la actualidad hay 163 acogidos mientras que buena parte de los transfronterizos se encuentran ya en casas, templos o residencias.
Las patrullas de las fuerzas de seguridad han localizado a algunos de estos fugados, llevándolos de vuelta a las instalaciones. No se ha conseguido con todos, se sospecha que puedan estar en viviendas o incluso en el puerto. No son la mayoría pero sí representan el interés real de muchos de los acogidos por no permanecer en unas instalaciones que nunca debieron ser empleadas para este fin.
La Guardia Civil también lleva su cuenta particular: ha abortado intentos de huida a Marruecos de unas veinte personas, pero no todos han terminado con su sueño en el arenal del Tarajal sino que han conseguido bordear el espigón a nada para llegar al otro lado, reuniéndose ya con sus familias. Tras ellos hay historias de auténticos dramas: marroquíes que mientras estuvieron en estas instalaciones han sido padres, otros que han perdido a sus familiares directos, mientras que hay quienes ven con inquietud cómo sus seres queridos no tienen dinero para mantenerse porque ellos eran quienes llevaban el sustento del hogar.
Una parte de estos marroquíes no quieren volver a su país.
Hay españoles atrapados en la península que quieren volver a sus casas en Ceuta y Melilla y no los dejan,además muchos españoles están en el extranjero y España no ha hecho nada para que vuelvan.
En las escolleras del muelle de la puntilla, donde está San Pablo al final de todo, habia unos cuantos reunidos.
También en la calle Enrique el Navegante estaban rebuscando en la basura.
Si lo he.visto yo lo puede ver la policia, guardia civil etc. A menos que no se quiera.
Y por cierto, sin duda no son las mejores condiciones en las que están, pero tampoco nosotros somos culpable de que su pais no quiere que entren. Marruecos es el único pais del mundo que no deja entrar a sus propios súbditos.
Hay españoles atrapados en la península que quieren volver a sus casas en Ceuta y Melilla y no los dejan,además muchos españoles están en el extranjero y España no ha hecho nada para que vuelvan.