En estos tiempos en los que muchos se ven obligados a trabajar desde casa y hasta nuestros niños deben afrontar su aprendizaje a distancia, se pone de manifiesto la necesidad de contar con las nuevas tecnologías y muy especialmente con internet.
En un barrio como el Sarchal, a escasos metros del centro, los vecinos aún no tenemos cobertura móvil. Desde el comienzo del barrio hasta el final del mismo, la cobertura móvil desaparece rápidamente hasta llegar a la desconexión absoluta de cualquier red móvil española (la única cobertura móvil que sí llega a todo el barrio es la marroquí).
Por este motivo los vecinos venimos sufriendo durante años importantes perjuicios, incluidos los económicos, pues no son raros los disgustos a cuenta del roaming en más de una factura. También conviene insistir en la discriminación, cuando no abuso, que supone la obligatoriedad de contratar una línea fija con Telefónica para poder estar localizable en este mundo o para disfrutar de conexión a internet, algo que por desgracia no se puede permitir todo el mundo.
El Sarchal es un ejemplo flagrante de abandono durante décadas en este sentido, pero no es el único caso, y por ello aprovecho estas líneas para hacer extensivo mi llamamiento a las autoridades competentes para que tomen medidas urgentes allí donde sea necesario y resuelvan un aislamiento anacrónico que es, hoy más que nunca, sinónimo de brecha digital, desintegración y desigualdad.