El Consejo de Ministros aprobó ayer nuevas medidas de seguridad para el CETI que se suman a las que ya anunciara el delegado del Gobierno, José Fernández Chacón, tras el motín orquestado en el campamento el pasado octubre.
Estas nuevas medidas se resumen en la mejora del cerramiento perimetral del campamento -colocando nuevas mallas- así como en la colocación de un sistema de cámaras y de sensores. Con todo ello se pretende cubrir esa laguna que en materia de seguridad afectaba al CETI y que se puso de relieve ante la oposición radical mostrada por los cameruneses, lo que llevó a ordenar la presencia policial en el exterior e interior del centro.
Ahora la UIP ya no está dentro del Jaral y sólo una unidad de la UPR permanece en el exterior controlando un centro en el que ha vuelto la normalidad, después de la desmembración surgida en el grupo de cameruneses.
Lo que puso de manifiesto este episodio violento fue que el CETI no estaba preparado para afrontar el repunte en entradas migratorias ni a personas que llevan más de tres años esperando una salida y que pueden terminar generando enfrentamientos.
Es por ello que desde la administración central se han ido adoptando cambios de manera gradual. Primero se comprometió el aumento en el número de vigilantes de seguridad -hecho ya constatado- para pasar, de forma gradual, a la imposición de obras como las ahora aprobadas por el Consejo de Ministros. Unas medidas que se extienden tanto al centro de estancia temporal de Ceuta como el de Melilla.
Las actuaciones se han aprobado a propuesta del ministro de Trabajo e Inmigración, Valeriano Gómez, quien ayer, en el Consejo, dio cuenta de la declaración de emergencia de las obras de reforma en la zona exterior, así como las mejoras en seguridad, todo ello por un importe aproximado de gasto de 206.480 euros, así como las obras de construcción de otra similar en Melilla por valor de 400.000 euros.
La declaración de emergencia para la realización de las obras reseñadas responde a la urgente necesidad de garantizar la seguridad e integridad de las personas y bienes de los citados centros de estancia temporal de inmigrantes, así como la seguridad ciudadana del entorno, dadas las situaciones y actividades realizadas por personas ajenas a dichos centros que pudieran ser calificadas de delictivas.
Precisamente ayer el director del CETI, Carlos Bengoechea, mantuvo una reunión con el responsable de Prevención de Riesgos del Ministerio de Trabajo e Inmigración, que se desplazó a la ciudad para la puesta en marcha de manera inmediata de las mejoras aprobadas en el Consejo de Ministros.
Los datos:
Ocupación
El CETI está ocupado al 90%, existiendo módulos para familias. De momento las instalaciones responden bien a la acogida, a pesar del repunte registrado desde el mes de abril que ha favorecido la entrada de más de 500 subsaharianos.
Traslados
De manera gradual se está consiguiendo el traslado de pequeños grupos de inmigrantes a centros de acogida de la península. Esta misma semana han salido cinco y en lo que va de año más de ochenta. En enero ya se preparan nuevos traslados de los más antiguos.
Situación
El CETI no está preparado como infraestructura ni para acoger la presión subsahariana producida ni para tener a personas durante años sin posibilidad de salida y con la más que probable intención de poder provocar algún altercado como sucedió con el caso de los cameruneses.
Mejoras
Tras la entrada de la Policía en el campamento -que ya se ha retirado- se procedió a incorporar más medidas que comenzaron con el aumento del número vigilantes y continuarán con el incremento de las cámaras y los sensores para detectar movimientos anómalos en el cerramiento perimetral que ahora quiere instalarse.