La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado que la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) es una emergencia de salud pública de preocupación internacional, actualmente una pandemia. En estudios recientes, la gravedad de algunos casos de COVID-19 (también llamado SARS-CoV-2) imitaba la del SARS-CoV-1. Dada la rápida propagación de COVID-19, un análisis actualizado de casos en China continental, como el recientemente publicado en la prestigiosa revista médica New England Journal of Medicine, podría ayudar a identificar las características clínicas definitorias y la gravedad de la enfermedad.
El Ministerio de Sanidad, por su parte, ha publicado una actualización de su informe científico-técnico sobre el coronavirus COVID-19, en el que recopila la evidencia disponible. Hace un repaso de la sintomatología asociada al coronavirus según múltiples estudios y ya incluye datos de la sintomatología del COVID-19 en Europa y en España, así como los nuevos síntomas neurológicos (la anosmia/hiposmia o reducción del sentido del olfato), oftalmológicos (como el ojo seco) y cardiovasculares.
A fecha de ayer en España, con más de 64.000 casos notificados y más de 4.000 fallecidos, los síntomas más frecuentes han sido:
Síntomas comunes de virus: fiebre o reciente historia de fiebre; tos; dolor de garganta; disnea (dificultad para respirar); escalofríos; vómitos; diarrea
Pero teniendo en cuenta datos internacionales hay que añadir:
Síntomas neurológicos: en un estudio con 214 pacientes ingresados en un hospital de Wuhan, el 36% tenían síntomas neurológicos: mareo; alteración del nivel de conciencia; accidente cerebrovascular (ictus); ataxia; epilepsia; anosmia; neuralgia.
Síntomas cardiológicos: se ha señalado que, en ocasiones, el COVID-19 puede presentarse con síntomas relacionados con el fallo cardiaco o el daño miocárdico agudo, incluso en ausencia de fiebre y síntomas respiratorios.
Síntomas oftalmológicos: ojo seco; visión borrosa; sensación de cuerpo extraño; congestión conjuntival.
Ya no sólo la anosmia...
Como vemos, parece no tratarse sólo de este síntoma nuevo, sino de un grupo se síntomas que puede llegar a 12 más a parte de los conocidos como “habituales” (fiebre, tos y disnea) y de los cuales, la mayoría (7) son de origen neurológico, cuando no se creía que el sistema nervioso tuviera un papel importante en esta nueva enfermedad.
Otro dato al que asisto a nivel de la recopilación personal de casos, también cercanos y en sus propias palabras, es la característica de que este síntoma suele ser el que más tarda en recuperarse, lo que podría indicar un daño neurológico ya que este tejido es el que más tarda en repararse en el cuerpo humano. Así como que un número creciente de casos sólamente están teniendo este síntoma, sin por ello confirmárseles con el test. Esto se comienza a advertir también en las redes sociales, cada vez con más casos de anosmia, pero sin test realizados. Como también refleja el Dr. Ezpeleta, secretario de la Junta Directiva de la SEN.
Todo esto, cuando, por otro lado, la anosmia de presentación brusca o aguda por sí sola, es extremadamente infrecuente (traumatismos e infecciones víricas del sistema nervioso). Ya se ha reportado al menos un caso de COVID-19 con presentación exclusivamente neurológica y confirmado por la presencia del coronavirus en el líquido cefalorraquídeo (LCR) tras una punción lumbar.
Pérdida de diagnósticos
Si ante estos nuevos síntomas, a la población se les comunica tras su demanda de atención, que esos síntomas no son de COVID-19, se pierden probables casos y, lo más importante, no son aislados.
En el caso de la pérdida de olfato, no sólo la SEN lo ha avisado sino que también lo han hecho la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), la British Rhinological Society (BRS), Ear, Nose and Throat (ENT) UK de Reino Unido y la American Rhinologic Society (ARS). Así como la experiencia que estamos teniendo de colegas médicos neurólogos y de otras especialidades, sobre personas que han padecido estos nuevos síntomas y han dado positivo a los test de COVID-19.
Además, se ha visto que la fiebre, considerada como síntoma, o al menos uno de los 3, fundamental, puede estar ausente en más del 30% de los casos positivos en la fase inicial, ya que en el 90% de los casos con fiebre se diagnostican una vez ingresados. Por lo que pierde su posible valor como síntoma de detección precoz.
Lo mismo que la fiebre, puede ocurrir en el caso de la tos, en cuyo caso también puede estar ausente en más del 30% de los casos positivos.
Lejos de alarmar, esta nueva información debe tenerse en cuenta con el fin de diagnosticar los casos de la forma más prematura posible, no sólo para mejorar el pronóstico del enfermo, sino para ayudar a aislar y contener esta alarmante expansión de la enfermedad, y que el inmenso esfuerzo que estamos haciendo la sociedad española no resulte inútil.
SARS clásico, gripe y COVID-19
De la misma forma que cabe distinguir y enfatizar que el COVID-19 o SARS-CoV-2 no es lo mismo que el SARS ya conocido hace años (SARS-CoV-1), conviene destacar que tampoco es lo mismo que la gripe.
Aunque ambos virus cuentan con una sintomatología parecida, la gripe suele comenzar de forma brusca y el COVID-19 no.
Los síntomas del coronavirus y la gripe se parecen, pero también presenta claras diferencias. Ya se ha dicho que los síntomas más comunes del COVID-19 son fiebre, tos y dificultad para respirar. Sin embargo, el Ministerio de Sanidad describe que el cuadro inicial típico de la gripe "suele comenzar de forma brusca con fiebre y escalofríos, acompañados de dolor de cabeza, congestión nasal, molestias de garganta, malestar general, dolores musculares, pérdida de apetito y tos seca".
Por todo ello se la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica claramente que COVID-19 no es el SARS y no es la gripe. Sino que el COVID-19 o SARS-CoV-2 es un nuevo virus altamente patógeno y extremadamente contagioso, con sus propias características clínicas. De hecho, la transmisibilidad en la gripe es inferior al coronavirus.
1.Síntomas “clásicos” del coronavirus:
Fiebre
Tos
Dificultad para respirar (disnea)
2.Síntomas de la gripe:
Fiebre y escalofríos
Dolor de cabeza
Congestión nasal
Molestias de garganta, otitis media
Malestar general y abdominal (náuseas, vómitos y diarrea)
Dolores musculares (mialgias)
Pérdida de apetito
Tos seca y productiva (con esputo). De hecho, nuestro primer fallecido en Ceuta sólo presentó síntomas neurológicos (pérdida de conciencia) y diarrea.
Tal como recuerda el Ministerio, la sintomatología de la gripe es muy variable, y además depende de los grupos de edad al que nos estemos refiriendo. Algunos síntomas de la gripe son comunes a todas las edades, sin embargo otros son más específicos de determinados grupos de edad. Por ejemplo, en ancianos es frecuente la aparición de dificultad respiratoria o la producción de esputo, mientras que en niños son síntomas frecuentes la otitis media o las molestias abdominales. Estas molestias abdominales como náuseas, vómitos o diarreas son sin embargo muy poco frecuentes en adultos.
Los diagnósticos de ambas patologías también difieren. En cuanto a la gripe, en los centros de Atención Primaria el diagnóstico de la gripe suele ser clínico, al detectarse un caso con signos y síntomas compatibles con gripe dentro de un contexto adecuado (temporada gripal, casos de gripe cercanos al paciente…), mientras que los diagnósticos de laboratorio son menos comunes y se realizan, sobre todo, en los pacientes más graves ingresados en los hospitales. Además, en el caso de la gripe hay cuatro 'familias' de virus (A, B y las menos comunes C y D), dentro de las cuales se encuentran los cuatro más comunes: A(H1N1) y A(H3N2) y los subgrupos B/Yamagata y B/Victoria. Sin embargo, en el caso de COVID-19, el diagnóstico se confirma tras un caso de sospecha al que se le aplican los test específicos. De ahí la tremenda importancia de qué considerar un caso de sospecha y por tanto, de tener en cuenta sus múltiples, nuevas, infrecuentes o desconocidas formas de presentación.
El nuevo coronavirus, denominado oficialmente COVID-19, producido por el virus SARS-CoV-2, es, precisamente, nuevo. Eso implica que aún no está bien estudiado ni bien definidas todas sus características. Por ejemplo, uno de los estudios comparativos más grandes que se han realizado, el ya mencionado y publicado por el New England Journal of Medicine (NEJM), reconoce limitaciones notables, especialmente porque algunos casos tenían documentación incompleta del historial de exposición y de las pruebas de laboratorio, dada la variación en la estructura de las bases de datos electrónicas entre los diferentes centros participantes y la urgencia para la extracción de datos. No obstante, los resultados son claramente reveladores.
Test, test, test.