Pese a que no se registraron percances de interés y todo “trascurrió con normalidad como viene siendo habitual en este día”, tal y como confirmó la consejera de Medio Ambiente, Yolanda Bel, no faltaron las críticas de algunos de los particulares que utilizaron las carpas ubicadas por diversos puntos de la ciudad para realizar el sacrificio dentro de las medidas higiénico sanitarias más apropiadas. “El año pasado había más espacio y no está bien que los corderos esperen en el mismo lugar donde se sacrifican porque eso lo notan, la carne se encoje y no es bueno para ellos”, explicaban los usuarios de la carpa de la barriada del Ferrocarril.
Además “el cordero debe sacrificarse en un lugar limpio ya de sangre del anterior sacrificio y aquí no hay espacio material para poder dejarlos como debería ser y luego introducirlos para matarlos”. Un total de 15 carpas, dos más que el año pasado, parece que no han sido suficientes para algunos. En total se han sacrificado más de 5.000 cabezas, que han alcanzado los 200 euros de precio aunque a última hora se abarató el coste como viene siendo habitual.
No faltaron las bolsas para la recogida de residuos y el funcionamiento de la recogida de los mismos tampoco sufrió percance alguno. Príncipe Felipe, Príncipe Alfonso, Miramar Bajo, Pasaje Recreo, Estación de Ferrocarril, San José, Benzú, Villajovita, Bermudo Soriano, Sardinero, Finca Guillén, Sidi Embarek-Los Rosales, Loma Colmenar y El Rocío, han sido las barriadas donde se han establecido las carpas con las tomas de agua pertinentes, contenedores, bolsas de residuos y todo lo necesario para llevar a cabo los sacrificios de la Pascua.