Continuamente escuchamos las críticas hacia los comportamientos indignos en la política. Desde el nepotismo y el clientelismo hasta llegar a los casos más graves de corrupción, la carencia de ética en la política es demoledora para la credibilidad de nuestro sistema democrático. Los grandes pactos de estado orientados a legislar en la lucha contra la corrupción son más que perentorios. Dicho lo cual no basta la vía punitiva para apuntalar la democracia que todos y todas valoramos. Es necesaria la concienciación social, y ésta debe iniciarse en la aulas. En el magnífico museo en el tribunal de Nuremberg, donde fueron juzgados los líderes nazis, se puede contemplar una exposición que finaliza con un vídeo corto donde dos ancianas alemanas analizan la razón de haber caído presas de la ideología nazi. Una de ellas afirmaba que por aquel entonces no se sabía nada del sistema democrático en las aulas. Acto seguido, se ve cómo le pregunta a su compañera si sabía algo sobre libertades o derechos cuando era niña y ésta, riendo de vergüenza, niega con la cabeza.
Los profesores ceutíes se esfuerzan a diario por transmitir valores cívicos universales que dignifican al ser humano y refuerzan nuestro sentido democrático de la existencia: valores constitucionales, derechos humanos, resolución de conflictos, interculturalidad…., son algunos ejemplos de materias que pueden y deben trabajarse en el aula en pos de un futuro de convivencia y solidaridad. Nuestra ciudad es precisamente un ejemplo de coexistencia multicultural, un valor que tiene que ser defendido en las aulas. No sólo por profesores que impartan la asignatura opcional de “Valores Éticos”. Las actividades complementarias son una tarea y una responsabilidad colectiva. Aprobadas democráticamente por el Consejo Escolar, donde los progenitores tienen papel destacado, esas actividades en horario lectivo son evaluables y trascendentales en la educación integral de nuestros alumnos. La “censura” parental que propone la ultraderecha no es más que otra ocurrencia de un partido experto en generar polémicas y problemas donde no existían. Utilizando el argumentario de la “libertad de los padres”, manipulan y tergiversan nuestra carta magna. ¿Y qué hay de la libertad de los propios menores? En vez de cultivar la libertad de pensamiento, pretenden blindar los prejuicios que se puedan transmitir en el ámbito familiar y que emanan de la ignorancia, sin dar a las nuevas generaciones perspectivas nuevas, acordes con los valores democráticos que deberían ser universales. La no discriminación por motivos de etnia, sexo, o religión es trascendental en nuestra ciudad. Así mismo, la búsqueda de la igualdad y el respeto al diferente no debería estar en el debate político. Y no lo estaba, lo ha creado artificialmente el movimiento más reaccionario de los últimos cuarenta años. Qué podemos esperar de partidos que proponen la terapia de reconversión para homosexuales, contraviniendo a la Organización Mundial de la Salud que ya admitió el error y dejó de considerarlo enfermedad hace 30 años. Afortunadamente tenemos un gobierno progresista que ilegalizará esas terapias e impedirá cualquier “censura” parental, puesto que la educación en Ceuta no está transferida y depende directamente del gobierno central. Así que señor Redondo, dejen de hacer el ridículo con su postureo ultra porque con este gobierno de coalición los hijos e hijas ceutíes seguirán bien protegidos de personas como ustedes y podrán desarrollar el libre pensamiento con profesores que hacen una labor encomiable cultivando en ellos los mejores valores.