En Ceuta somos muy dados a sufrir de manera cíclica pequeñas convulsiones como si fueran sarpullidos. Se generan polémicas que luego se olvidan en menos de 48 horas sin ser capaces de solucionar los problemas. Será que nos perdemos en la bronca o será que nos gusta demasiado eso de jalear antes que arreglar. El último sarpullido ha venido por los mensajes filtrados de un chat llamado Gestora que han sido atribuidos a Vox. El contenido parece haber sorprendido a muchos hasta el punto de ofrecer ruedas de prensa o acudir a la Fiscalía. A mí, realmente, nada me llama la atención porque el contenido de esos whatsapp son del nivel de los comentarios que han hecho público hasta ahora, que han reflejado en sus perfiles de redes sociales o han gritado en plan forofo en cualquiera de los actos públicos que a modo de mítines han llevado a cabo en Ceuta. Ese es el pensamiento de Vox y es el que ha votado muchísima gente en este pueblo, para que ahora nos hagamos los sorprendidos por lo que piensan aquí, en Madrid o en el último pueblo perdido de Galicia.
Llevan el contenido de un chat a la Fiscalía, ¿van a llevar todas las comparecencias grabadas y publicadas de pesos pesados de la formación? No encontrarán diferencias. Vox habla de montaje, alude a manipulaciones y advierte que va a denunciar a los filtradores de los mismos. Podrán llevar ante un juez la vía de traslado de un contenido interno -no sé qué recorrido tendrá esto-, ¿pero van a llevar también su significado, su propia ideología y forma de pensar?
Antes de rasgarnos las vestiduras por leer determinados mensajes deberíamos analizar por qué hay un sector de personas que piensa así y por qué se está llegando a un clima de separación y de recelo entre comunidades impropio de una ciudad tan chica como Ceuta en donde todos nos necesitamos. Quizá la culpa de esa degeneración la tengamos muchos de nosotros por preocuparnos más de los sarpullidos que de los orígenes de los problemas.
No aprendemos porque no queremos hacerlo y asistimos a espectáculos de este tipo sin sanar las heridas. Así nos va. No, yo no estoy preocupada por un contenido que no me ha llamado la atención, llevo meses asistiendo a una degeneración de comentarios en redes sociales cada vez sustentados más en el odio y el rechazo mutuo que en el respeto. Eso lo llevo viendo hace ya tiempo, por eso ni me sorprende lo que veo ni que un movimiento social haya aplaudido mensajes de este tipo desde hace ya demasiado tiempo hasta convertir a Ceuta en lo que no es.