"No me invadas mi intimidad”. Fue la respuesta contundente de una mujer que intentaba esconderse de la presión de su marido. Ella sólo quería estar en la calle para buscar una idea. Esa luz del día para poder hacer un regalo original. Hoy en día sabemos que no estamos en posesión de mucho dinero. Por este motivo los pequeños detalles son los más apreciados en estos instantes donde la tradición obliga de una forma casi tajante a tener que regalar algo a nuestros seres queridos. Y pensemos unos instantes cuánto nos complace que nos traigan un detallito en estos días. Una insignificancia puede rompernos nuestros gélidos corazoncitos. Por este mismo motivo hay que salir al mundo real y mirar esas cositas que pueden venir bien a nuestros semejantes y que no repercuta mucho en nuestros secos y desangelados bolsillos. Porque aunque nos hayan pagado la extra está programada para dar con los gastos más triviales: seguros de coche, casa, perrito y un sin fin de cositas menudas pero que engordan mucho a la hora de hacer números. Además de que no nos ha tocado la lotería. Aunque por aquí ya estamos acostumbrados.
Por mucho que escudriñamos en todo nuestro entorno la idea parece que no viene. Debemos de discernir un poquito, nuestro amor está en el corazón. ¿Un beso será lo necesario ese día? ¡No debo de ser tan tacaño! Y más nervioso me pongo buscando. Incluso me pongo a reirme de mi mala suerte. Pero al fin y al cabo debo de estar tranquilo. Mi subconsciente me da una pista.¡ Ya venía siendo hora! Una misiva recordando que es Navidad. Era lo que antaño nos encontrábamos por estas fechas en nuestros buzones. Y con este gesto éramos felices. Se acordaban de nosotros. Y dábamos las gracias a nuestro Dios de tener familiares que nos querían. Incluso colgábamos las mismas en nuestro arbolito. Era una forma de adornar el mismo y a la vez enseñar a nuestros visitantes que éramos reconfortados por esas personas, casi siempre familiares o grandes amigos.
Hoy en día todo ha cambiado y ahora prima la comunicación rápida. Ese wasap minutos antes de estar en la cena de Navidad. Que bonito queda todo. Pero es mejor estar en ella. Pero claro no podemos estar en todas las mesas. Sólo tenemos un cuerpo. ¡Que difícil es cumplir! ¿Cómo debemos de actuar? Madre mía lo que acabo de liar. Pero me has seguido hasta aquí. Y eso es lo que quería. Que me siguieras para desearte un feliz día de hoy en tu nueva forma de actuar ante el mundo. Te recuerdo y con esto debes de pensar que pasarán muchos años y yo seguiré ayudando al mundo en buscar la felicidad. Mientras piensa en todo lo que has recibido en esta vida. Tu bondad por muy grande que sea nunca llegará a tener ese renombre que tú has tenido al ser recibido en esta comunidad. Somos lo que damos. Y sólo con poner tu cara en modo sonriente hace que la gente abra su corazón a la felicidad. Eso dice mucho de nosotros. No es lo mismo llevar el rostro con amabilidad que con un semblante de pocos amigos. Sólo os digo que sigáis para adelante con vuestros planes. Y que no desfallezcais. Se me olvidaba que sobre todo os deseo: una Feliz Navidad y un próspero año nuevo a todos ustedes.
Que la vida os traiga un buen regalo de la forma tan original que hayan proyectado nuestros amigos, familiares.