El negocio del sexo mueve mucho más de lo que nadie con mucha imaginación pueda llegar a pensar. En todo el mundo. De forma incontestable y con cifras escalofriantes en la mano. Esta película viene a hacer sangre directa a la yugular enseñando a tíos enchaquetados lanzar a dar enloquecidos y sin mesura billetes de alto gramaje a mujeres para que bailen y se quiten la ropa. El templo de la carnicería en un apogeo tan máximo que casi, y sólo casi, parece exagerado.
Lorene Scafaria aporta con esta historia basada en hechos reales una versión feminista y demasiado ambigua del bien y del mal dentro del mundo de la compraventa legal de estímulo sexual al mejor postor.
La trama gira entorno a varias bailarinas de striptease forman una banda organizada para estafar a su rica clientela, en su mayoría ejecutivos de Wall Street, ya lo deja bien claro el título de la cinta, que en su versión en español no deja lugar alguno a la imaginación. La dificultad llega para estas timadoras cuando una periodista del New York Magazzine comienza a investigar el asunto…
La ambigüedad moral del libreto nos retrata a unas chicas que no pasan de ser vulgares ladronas y que pretenden ser excusadas en la moral más que dudosa de sus clientes y la mala fama entre el ciudadanos de a pie que la profesión de corredor de bolsa, así, generalizando, acarrea.
Igualmente ambiguo resulta el hecho de que el proyecto tenga una de sus piedras angulares en enseñar que Jennifer Lopez, una de sus coprotagonistas, posee un cuerpo de infarto impropio de alguien que supera los cincuenta años. Uno llega a plantearse por momentos así cuál es en realidad el mensaje que la cinta pretende transmitir, o si realmente pretende transmitir alguna moraleja o es cosa del espectador el hecho de buscarla. Aprovecho para mencionar con justicia que la cantante latina no sólo se luce bien lucida, sino que logra eclipsar su percha ligera de ropa con un sorprendente trabajo interpretativo que sube un par de escalones a lo anteriormente visto en su carrera cinematográfica.
Por lo demás, la película se antoja algo larga y bastante repetitiva, un tanto pretenciosa sin contar demasiado, y amena a ratos, con detalles del mundo del baile con barra, si éste te despierta algún tipo de curiosidad. La cosa es lo que es y da para lo que da, sin mayores aristas ni las complejidades que parece prometer. Ustedes mismos calibrarán si les merece la pena.