La filatelia es un arte que requiere paciencia, curiosidad e investigación. Bien lo saben los miembros de la Agrupación Filatélica de Ceuta, quienes han inaugurado una exposición filatélica que estará disponible hasta el 15 de noviembre en la Biblioteca Pública.
Una extensa colección que reúne elementos de temáticas dispares a través de los cuales se puede viajar al momento histórico en el que se enmarcan. Y no solo se trata de sellos, pues lo que se entiende por filatelia moderna acepta todo tipo de elementos que contribuyen a enmarcar gráficamente un periodo de la historia postal. Sobres, etiquetas de vino, monedas, tapas y muchas, muchas postales y sellos. Un total de diez colecciones divididas en paneles alojan la muestra completa.
La exposición es una oportunidad de observar los detalles que convierten la filatelia en una afición tan fascinante. En el panel de ‘Los sobres del primer día 1957 – 1968’ se puede redescubrir el territorio de Ifni en aquella época. Y apenas a unos metros de distancia, se pueden contemplar varias decenas de postales, sellos y estafetas con los trajes regionales de España, un repaso de la moda tradicional de cada una de las provincias. Al otro lado de la sala, animales, Chauen y los Juegos Olímpicos de Grenoble, cientos de pedacitos de historia cuyo fin va más allá de acompañar las cartas y los mensajes, de manera paralela a su contenido, estos elementos cuentan su propia historia.
“Es un trabajo laborioso”, cuenta el presidente, quien ha preparado un pequeño taller filatélico con motivo de la inauguración. Junto a un barreño con agua, hay un puñado de cartas que va cogiendo una a una para hacer la demostración. Primero se recorta la zona donde se encuentra el sello, después se deja en agua varios días para separar el sobre del sello para finalmente dejarlo secar en papel absorbente. Una vez se ha obtenido el sello, empieza la verdadera tarea: con la ayuda de una lupa, un odontómetro y unas pinzas, hay que identificar y catalogar el sello revisando el catálogo correspondiente.
La agrupación ceutí organiza una muestra de estas características cada año, homenajeando a una efeméride relevante para la ciudad. Este año, se escogió al cronista Antonio Ramos coincidiendo con el aniversario del centenario de su fallecimiento, en 1919.
Antonio Ramos nació en Ceuta en 1872, fue cronista oficial de Ceuta y trabajó y fundó un buen número de medios. Criticado por unos y alabado por otros fue una figura representativa del carácter ceutí a finales del siglo XIX y principios del XX. Su nombre llegó a dar título a la que hoy se conoce como calle Real, aparecía un retrato en la Sala de Concejales del Ayuntamiento y había una placa en el lugar de su nacimiento, el número 23 de la calle Real.