La figura jurídica de la conformidad sirvió ayer para dictar condena contra un hombre identificado como A.E., que se confesó criminalmente responsable de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros. Aceptó el pago de una multa de 180 euros, derivada del abono durante tres meses de una cuota diaria de 2 euros.
El condenado fue sorprendido cuando embarcaba en el buque que enlaza Ceuta con Algeciras, ocultando un indocumentado en el maletero del vehículo que conducía. Esta persona no iba en un doble fondo ni en malas condiciones que hicieran peligrar su vida, de ahí la conformidad acordada entre las partes.
La reforma del Código Penal en materia de extranjería rebajó notablemente las penas derivadas del tráfico de personas, siempre que se diera en casos en los que la integridad de estos inmigrantes no estuviera expuesta. En casos como el que ayer protagonizó este acuerdo fijado en el Juzgado de lo Penal número 1 de Ceuta, queda en el aire la posibilidad de que los propios inmigrantes se cuelan por sus propios medios dentro de coches.
En el caso en cuestión el acusado admitió, no obstante, su relación con el delito. El inmigrante que fue detectado por la Policía Nacional podía salir por sus propios medios al exterior. Este suceso se enmarca en la hilera de episodios relacionados con la inmigración que tienen como escenario el puerto de Ceuta. Un puerto erigido en una particular frontera que cuenta con inmigrantes que ven en él el pasaporte para cruzar al otro lado.
En el marco de esta situación se reproducen sucesos como el que en la mañana de ayer iba a motivar la celebración de una vista judicial, finalmente abortada debido al acuerdo entre las partes que pasó por el reconocimiento por parte del acusado de los hechos. El vehículo intervenido le será devuelto.
Con penas tan duras seguro que no reincide de nuevo y el resto se lo pensaran dos veces.