Los trabajadores del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) han enviado hoy a la Delegación del Gobierno un escrito en el que advierten del “alto riesgo” de la actual situación en este centro.
En el escrito -al que ha tenido acceso este medio- el personal recuerda que viene informando “de los efectos perniciosos vinculados al alargamiento de la estancia de la población inmigrante, habiéndose indicado que existe un alto riesgo de amotinamiento y otros efectos adversos”.
Los trabajadores, apoyados por UGT, alertan en el escrito de que están recibiendo “agresiones verbales, físicas, amenazas e intimidaciones”, algo que también sufre el resto de residentes, además de incumplir las normas del Centro.
“En los últimos días han acontecido una serie de agresiones y serias amenazas que nos hace pensar en un posible amotinamiento del Centro”, indican los trabajadores, quienes también muestran su temor “a la más que previsible inminencia de alguna desgracia de consecuencias irreversibles”. De esta manera, el personal exige la adopción de medidas “urgentes” encaminadas a garantizar la seguridad de los trabajadores y de los residentes que no participan del comportamiento “disruptivo expuesto”. Dicho escrito está escrito tanto en nombre del personal del CETI, como el de seguridad y Cruz Roja, tal y como indicaron los empleados.
“Puede ocurrir una desgracia”
‘El Faro’ ha hablado con varios trabajadores del CETI, quienes les han trasmitido su temor por la actual situación que se vive en estas dependencias. “Hasta que no ocurra una desgracia no van a tomar medida alguna”, manifiesta uno de los trabajadores. Este mismo empleado dice que hace unos días este grupo de subsaharianos “entró en el comedor tirando la comida al suelo e insultó a una trabajadora de 63 años”. El trabajador destaca también que están organizados jerárquicamente. “Está el general, el capitán y el teniente”, explica.
Otro de los problemas es que estos residentes conflictivos “no cumplen las normas y están todo el día borrachos, algo que está totalmente prohibido, pero como no se les puede hacer ni decir nada...”, añade otro empleado del CETI.
“Dicen que van a quemar el CETI”:
Trabajadores del CETI advierten de que estos subsaharianos tienen la intención de quemar las instalaciones. El personal de este centro asegura de que el grupo de residentes conflictivos están dispuestos “a conseguir por las malas lo que no pueden por la vía administrativa”, por lo que están seguros de que están dispuestos a llegar “a donde haga falta”.
“Están buscando la provocación. La situación se está salvando gracias a la actuación del personal del CETI”, dice un trabajador.
UGT trasmitirá a Madrid esta preocupación para que actúe el Ministerio:
El secretario general de la Federación de Servicios Públicos de la Unión General de Trabajadores (FSP-UGT), Juan Carlos Pérez, anunció ayer que viajará mañana a Madrid y trasmitirá a la Federal esta problemática para que ésta, a su vez, la haga llegar al Ministerio competente. El ugetista dice que su organización “no va a permitir que los trabajadores del CETI sufran amenazas de muerte”. “No vamos a permitir que por la ineptitud y falta de actuación de la administración, los trabajadores de este centro estén al borde del abismo. No vamos a dejar que estén vendidos”, sentencia Pérez.
El responsable de la FSP-UGT asegura que los trabajadores le han comunicado que este ambiente “encarecido” comenzó en marzo, cuando empezaron a llegar al CETI los subsaharianos que conforman este colectivo.
“Los que forman este grupo de alborotadores llevan muy poco tiempo en Ceuta. Lo que pasa es que ven que hay gente que lleva tres años y ellos no están dispuestos a permanecer en este lugar tanto tiempo”, manifiesta. Los trabajadores dicen que ha habido varios intentos de motín. Uno de los más conocidos fue el que tuvo lugar tras el partido del Mundial Ghana-Uruguay, incidente en el que un trabajador resultó herido. “La verdad es que tenemos miedo, tanto nosotros como los residentes que no se unen a sus protestas. Nos tomamos en serio sus amenazas porque no sabemos hasta dónde estarían dispuestos a llegar”, manifiestan los empleados.
Por su parte, CCOO exige al delegado del Gobierno una solución “inmediata, dentro del estricto cumplimiento de la legalidad y respeto a los derechos humanos”. “CCOO quiere expresar su total apoyo a los trabajadores del centro y exige a la Delegación del Gobierno la adopción de medidas urgentes para garantizar la seguridad y la integridad física y moral de todos ellos y de los internos que no participan del comportamiento amenazador e intimidatorio que presenten algunos de los residentes en dicho centro”, manifiesta el sindicato.
“La Delegación incumple la ley de extranjería e impide a los inmigrantes que han cumplido su periodo de internamiento ejercer el derecho a la libertad de circulación por el territorio nacional o, en su defecto, proceder a su repatriación a sus países de origen”, añade.