500 kilómetros a través de territorio español y marroquí, un equipo de 15 personas y una apuesta por la sostenibilidad y el cumplimiento de objetivos relacionados con la misma. Son los ingredientes de ‘Biciconecta UGR’ que ha finalizado en nuestra ciudad la ruta que comenzó el pasado día 1 y que los llevó a Granada, Melilla y varias localidades de Marruecos hasta concluir en Ceuta.
El campus universitario ha acogido los actos que culminarán esta experiencia que ha sido relatada por los propios protagonistas. Los asistentes han podido visionar un vídeo en el que se resume el trayecto recorrido, en algunos momentos muy divertidos, pero también muy duros.
“El balance es muy positivo pero ha sido complicado por los desniveles, las cuestas y la zona del Rif que es muy montañosa, pero en los seis días que hemos estado en Marruecos se han ido superando las etapas y estamos muy contentos. No pensábamos que iba a salir tan bien porque siempre esperas alguna caída o un problema con la bicicleta pero nos hemos centrado en la unión de grupo y de los tres campus, de grupo, así como la difusión de estos objetivos al mundo, que era la idea”, ha explicado Miguel Jiménez, profesor de la Universidad de Granada en la Facultad de Educación de Ceuta .
Los 15 participantes: estudiantes universitarios, profesores y personal asistente de servicios, llevaban consigo una importante tarea: la consecución de varios objetivos sostenibles. “Realmente cumplir con todos ha sido prácticamente imposible, porque eran 17 pero en el caso concreto del mío, sobre de educación de calidad, hemos visitado colegios repartiendo materiales y ofreciendo charlas”.
En Alhucemas, donde el grupo fue recibido por las primeras autoridades de la ciudad que las agasajaron con una cena, el alcalde apoyó esta propuesta y se mostró partidario de colaborar en futuros proyectos. “Nos dijo que contáramos con los chavales de Alhucemas para darles charlas porque el alcalde tiene claro que la educación es el futuro”.
Ante tal disponibilidad, Jiménez no descarta que en un futuro puedan repetirse experiencias similares por otras zonas de Marruecos. “La idea es seguir proyectando esa interconexión con otras ciudades y continuar desarrollando los objetivos planteados.
Para una de las estudiantes ceutíes que han intervenido en el proyecto, la estudiante de Ciencias de la Salud, Sara San Juan, el cumplimiento de su objetivo de desarrollo sostenible: la reducción de desigualdades, casi se ha cumplido solo. “No nos ha hecho falta esmerarnos en divulgarlos porque han salido solos”. La joven ha recordado la experiencia vivida en un pueblo de extremada pobreza cercano al Rif. “Fuimos a entregarles ropa y material escolar y nos acogieron y ofrecieron la comida que tenían para su almuerzo”.
Experiencias emotivas que en muchos casos les han hecho reflexionar entre las diferencias existentes entre estos dos mundos tan opuestos. “Subir las cuestas me costaba la vida, pero cuando veía a niños cargados y subiendo andando, e incluso corriendo, esas mismas cuestas y que yo lo estaba haciendo porque quería y ellos se ven obligados a hacerlo todos los días, eso te hace pensar y siempre te hacía que se cayera alguna lágrima”.
Los universitarios han llegado a casa cansados, pero satisfechos de la tarea realizada y por supuesto con ganas de volver a montarse en la bici y repetir la experiencia. “Para mí esto ha sido un antes y un después, una vivencia única que repetiría mañana mismo”, ha comentado el tercer miembro del grupo de Ceuta, Omar Hicho, de la Facultad de Educación. Su objetivo no era sencillo, máxime en esta zona de Marruecos: el fin de la pobreza. “Hemos pasado por zonas rurales muy pobres y conocido los dos Marruecos. Aquí vivimos en la parte donde las infraestructuras están bien, pero cerca de Melilla es algo devastador, pero repartiendo cosas en los pueblos donde íbamos llegando hemos puesto nuestro granito de arena”.
Del proyecto destaca la convivencia del grupo. “Cuando se hacen las cosas bien, con un objetivo en mente de querer disfrutar y ayudar, hay una satisfacción, pero también el querer continuar realizando estos objetivos de desarrollo sostenible”.
Durante el acto también se ha hecho entrega del premio al mejor vídeo realizado por los alumnos en materia de sostenibilidad. Yusef Abel-lah, de la Facultad de Educación, ha sido premiado con un cheque de 500 euros para la adquisición de una bicicleta.