Este jueves por la tarde se ha inaugurado el ‘Club de Mentores’ en la Biblioteca Pública con la participación de Manuel Alcalá, el primero en colaborar con la iniciativa de la Asociación de Mujeres Profesionales y Empresarias (BPW). El objetivo de estas charlas, que se realizarán trimestralmente, es hacer llegar la experiencia de personas jubiladas a las generaciones jóvenes e interesados de manera que aprendan a través de sus relatos en el ámbito laboral.
Manuel Alcalá manifestó sus sensaciones antes la jornada y agradeció que contaran con él y con sus años de experiencia: “De algo pueden servir los relatos de alguien que ha trabajado durante tanto tiempo como yo”. El mentor, de 100 años de edad, confesó que lo suyo no era “estar cara al público” pero que estaba muy feliz de poder aportar su conocimiento y ayudar a los demás ahora que estaba “retirado de la actividad”.
Aunque se formó como maestro de enseñanza Primaria, su puesto más significativo fue el de gerente de la imprenta Imperio, cargo que ostentó durante más de setenta años. “Después de tanto tiempo tratando con públicos de diferentes tipos algo habré aprendido”, bromeó Alcalá.
El principal consejo que quiso destacar fue “el trabajo es salud”. En palabras del conferenciante, trabajar “es lo que nos mantiene activos y alerta en la vida”. Contó que esa premisa le había acompañado a lo largo de su vida y lo que parece ser el secreto de su longevidad. Quiso matizar que el continuo contacto con personas que “demandan cosas distintas” le permitió ver diferentes puntos de vista respecto a una misma cosa, algo que le otorgó de habilidades también para su vida personal.
Resaltó el avance de las tecnologías y la obligación de “saber adaptarse” a los cambios. Incluyó varias anécdotas que justificaron la necesidad de “no anclarse a los procesos” ya que todos los ámbitos sufren una evolución constante y el trabajador debe saber usar la tecnología en su beneficio.
“Dentro de la industria de las artes gráficas ha habido un movimiento tremendo desde que se inventó”, expresó al referirse a todas los cambios a los que se ha enfrentado durante su labor en la imprenta que antes fue de su padre y que todavía está en funcionamiento en Ceuta. Narró cómo logró ahorrarle a la empresa 400.000 pesetas de la época simplemente observando cuál era la nueva maquinaria del mercado en un viaje a Alemania con su socio de Tetuán. “Observar es importantísimo, también a la competencia”, insistió Alcalá. A propósito de esta anécdota, recordó al público cuándo la imprenta fue intervenida por la Falange en 1937 y devuelta en 1942 coincidiendo con su llegada a la ciudad autónoma y el inicio de su paso en la empresa.
Sin duda, relatos que corroboran lo que personas que acaban de iniciar su vida laboral pueden consultar en libros de textos pero de lo que no tienen “pruebas fehacientes”. La historia de Manuel está repleta de casos de éxito, superación, errores y desventuras que le llevaron a evolucionar profesionalmente y de alguna manera también contribuyeron al desarrollo de su empresa y del sector de las artes gráficas en Ceuta.
Para la siguiente cita del ‘Club de Mentores’ habrá que esperar hasta el próximo mes de enero, cuando se reanudarán estas conferencias con el objetivo de hacer llegar las experiencias de personas como Manuel Alcalá. Según una de las miembros de BPW Ceuta, van a evaluar las sensaciones de esta primera entrega antes de anunciar a los siguientes conferenciantes quienes sí adelantaron que barajan algunos nombres.
Una cita trimestral para aprender de los mayores
La propuesta de la Asociación de Mujeres Profesionales y Empresarias de Ceuta surgió para fomentar el empoderamiento de la mujer dentro de la economía. En origen, la figura del mentor es alguien que transmite conocimiento tácito que no está volcado en internet y que no aparece escrito en ningún lado, sino que proviene de la práctica y la experiencia.
La iniciativa de el ‘Club de Mentores’ pretende, además de transmitir el conocimiento de personas con amplia experiencia, conservar todos esos relatos de figuras representativas del mundo empresarial ceutí y que no queden en el olvido. Además, la invitación a personas mayores a impartir las charlas promueve el envejecimiento activo y fomenta la participación de las personas que ya no ostentan un trabajo. En la medida de lo posible, han indicado que tratarán de incluir en el programa personas de diferentes sectores laborales.
Las charlas se van a realizar trimestralmente, siendo la de Antonio Alcalá la “prueba piloto” que el colectivo de BPW tomará como referencia para las siguientes conferencias a fin de mejorar el mecanismo y motivar la asistencia en centros estudiantiles y también entre grupos de personas emprendedoras que se están formando para iniciar sus negocios o mejorar sus carreras profesionales.