Con la emoción reflejada en la voz, Carlos Chocrón rememoró sus 50 años de trayectoria profesional en nuestra ciudad, cuando llegó “de paso” a Ceuta y por “primera y única vez en mi vida mi voluntad se ha visto doblegada”. Este ‘paso’ por el norte de África se tradujo finalmente en medio siglo de vida y las raíces bien arraigadas de una familia que ha seguido la tradición joyera del empresario.
Eran las palabras con las que el joyero iniciaba su discurso, con el que agradecía el reconocimiento de la Ciudad por la concesión de la Medalla de la Autonomía. “Con esta medalla sobre mi pecho prometo y me prometo a mí mismo, llevarla con la mayor dignidad y orgullo”.
Chocrón rememoró los inicios de su carrera profesional en nuestra ciudad hace medio siglo cuando inauguró su primer taller de joyería que hoy en día se configura como una de las marcas de más reconocido prestigio tanto en nuestra ciudad como en el resto del país. “Empezamos con 30 operarios bien cualificados y provistos de las técnicas más avanzadas de la época”.
Cincuenta años después, el empresario señalaba que, por encima de la satisfacción de su éxito empresarial, se encuentra otra aún mayor, el hecho de que el 80% de los talleres que se han instalaron posteriormente en Ceuta procedían, en su mayoría, del taller originario de Chocrón. “La transmisión de los conocimientos y las heredadas técnicas artesanales nos dan una satisfacción profesional, además de que también proporciona riqueza social”.
Con su visión aún puesta en sus inicios como empresario, Chocrón insistió en no perder nunca contacto con la “manufactura con vistas al futuro”.
Tuvo también palabras el galardonado para los empresarios de nuestra ciudad a los que instó a “trabajar con esfuerzo”, a través de la adopción de medidas de cara a modificar las estructuras empresariales y conseguir así empresas “más modernas, competitivas y eficaces”.
Un objetivo que debe conseguirse “sin prisa, con esfuerzo continuado, con un crecimiento sostenido y proyectando los beneficios en nuevas inversiones”.
“La veteranía, -añade el homenajeado-, paso a paso hace que una empresa nunca muera”.
Con palabras de agradecimiento a su mujer Alicia y sus hijos, Chocrón volvió la vista atrás para rememorar a las personalidad que se han cruzado a lo largo de su vida, y de las que “me he enriquecido cultural e intelectualmente”.
Pese a las vicisitudes vividas a lo largo del camino, Chocrón decía haber mantenido la “fe y la convicción de que nuestra vida siempre ha estado aquí”.
Chocrón finalizó su discurso con unos versos del poeta limeño José Santos Chocano....
Hace ya cien años que recorro el mundo,
he vivido poco, me he cansado mucho,
quien vive deprisa no vive de veras,
quien no echa raíces, no puede dar frutos,
ser río que corre,
ser nube que pasa sin dejar recuero ni rastro ninguno es triste,
y más triste para quien se siente nube en lo elevado, río en lo profundo.
Quisiera ser árbol mejor que ser ave.
Quisiera ser leña mejor que ser humo.
Y al viaje que causa prefiero el terruño.
De llegar de ‘paso’ a establecer raíces en nuestra ciudad
El que en un principio iba a ser un paso por nuestra ciudad, cambió el destino de un hombre que decidió hacer de Ceuta su hogar por las razones que el galardonado recordaba durante su intervención en el Día de Ceuta.
“Por la hospitalidad, el afecto con el que me recibieron, la sencillez de su gente, la alegría y el ambiente en el estilo diario de vida o la armónica convivencia cultural a la que ya estaba acostumbrado por convivir con musulmanes, cristianos e hindúes”.
Una convivencia que, según apuntaba el galardonado, convierte nuestra ciudad en una “escuela de humanidad que ha dejado un bagaje de riqueza cultural que sólo se consigue con la convivencia, el respeto y la tolerancia”.
La cara más solidaria de la empresa Chocrón
Uno de los últimos proyectos de la empresa Chocrón demuestra que, tras su proyecto empresarial, también se oculta su cara más solidaria, a través de la constitución de la entidad benéfica ‘Fundación Chocrón Macías’.
El empresario anunciaba que ya se han dado los pasos para implantar una escuela de joyería que “preserve la tradición joyera y el patrimonio familiar”, amén de formar a futuros profesionales del sector de la joyería “para perpetuar este noble arte”.
A través de la entidad también se patrocinarán ciclos de conferencias, exposiciones culturales, conciertos benéficos o acciones ecológicas y medioambientales.
Por otra parte, el empresario expresó el deseo de que, “movido por mi cariño a Ceuta, quiero verlo como ciudad turística que destaque por su excelencia y competitividad”.